El balneario trujillano por donde el sumo pontífice pasará luce completamente abandonado un año después de que el fenómeno El Niño Costero sacudiera el norte del Perú.
El papa Francisco no visitará su país natal, Argentina, en su gira por Latinoamérica. Sin embargo, este sábado Jorge Bergoglio estará en Trujillo y pasará por Buenos Aires, el balneario ubicado en el distrito de Víctor Larco. RPP Noticias llegó hasta la zona, una de las más afectadas por el fenómeno El Niño Costero en 2017.
Miles de familias perdieron viviendas, negocios, fábricas y pistas debido a que toda el agua proveniente de los huaicos sucesivos que cayeron en Trujillo se empozó en la zona de Buenos Aires, que es enrocada y no permitía que esta desembocara. En abril, unas 700 casas se vinieron abajo como consecuencia de los huaicos de la quebrada San Idelfonso.
Los vecinos se sienten abandonados por las autoridades, pues no se han cumplido las promesas recibidas tras el desastre de comienzos de 2017 que dejó 136 muertos y casi 300 mil damnificados. La ayuda para la reconstrucción ha llegado a cuentagotas y las polémicas políticas han acaparado la agenda del gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski.
Emocionados por la llegada
Raúl Cuba fue uno de los afectados y perdió su hogar. Con maderas y palos, volvió a construir una pequeña vivienda. Ha pasado ya un año desde que la zona colapsó. “Le mentiría si le digo que se han hecho mejoras en el distrito. Aún estamos en la espera de las autoridades”. Pero no todo es tristeza. Él asegura que le llegada del papa a la ciudad “le hace sentir contento”.
Cuba dijo que en su zona sienten que las autoridades los han dejado de lado. “Habían declarado todo el norte como zona de emergencia, pero hasta el momento nadie se ha acercado”. Buenos Aires es un asentamiento humano en donde las mayorías de viviendas son construidas con adobe. La humedad de la zona más las constantes lluvias provoca que las cases colapsen.
Además de visitar a vecinos de Buenos Aires, el Papa oficiará una misa en la playa Huanchaco que espera congregar cerca de 500 mil personas. Los feligreses decidieron pasar la noche en el balneario para esperar la misa papal en la mañana. No los amilanó la persistente llovizna que cayó el viernes al anochecer.
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