El caso de Enrique Arana, productor avícola, es muestra de lo que atraviesan familias tras desbordes.
El drama que viven cientos de familia en Trujillo, tras perderlo todo, es insufrible. Muestra de ello es lo que vive Enrique Arana, quien llegó hace 15 años de su natal Cajamarca, para labrarse un futuro como productor avícola. Y lo había logrado, poco a poco en el asentamiento humano Virgen del Socorro, sector El Milagro, en Huanchaco.
Sin embargo, el huaico arrasó con todo. Con su vivienda, con su granja, con sus animales, con sus sueños. Perdió tres mil aves entre patos, gallinas y codornices. Su familia, conformada por seis personas, tuvo que refugiarse en la vivienda de un familiar, en La Esperanza.
Ahora, de su trabajo solo queda lodo. El desborde de la quebrada El León se llevó incluso sus enseres y alimentos. Solo algunos árboles resistieron los embates. Enrique Arana pide ayuda. “No hay nada, el agua se llevó todo. Queremos que el gobierno nos ayude”, clama.
Su drama no es aislado. En este sector, cientos de familias pasan por lo mismo y han retornado a los escombros para recuperar puertas, ventanas, rejas. Es lo último que les queda. Necesitan ayuda urgente. Ahora solo esperan.
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