Crítica | "Vice": Señor de la guerra

Con 8 nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Actor, esta sátira política cuestiona el oscuro papel que cumplió el vicepresidente Dick Cheney en el gobierno de Estados Unidos.

Julio Escalante

Periodista. Cinéfilo. Devoto de Alfred Hitchcock y Paul Thomas Anderson. Creo que Leonardo Di Caprio sí pudo salvarse en "Titanic".

Camaleón político
Bale ganó en el 2010 el Oscar a Mejor Actor de Reparto por "The Fighter". Antes de "Vice" fue nominado en otras dos ocasiones. | Fuente: Star Films

¿Sabe usted quién es Dick Cheney? Fue el vicepresidente de Estados Unidos durante el gobierno de George Bush, tiempo en el que ocurrió el ataque terrorista del 11 de setiembre a las Torres Gemelas. El cargo de vicepresidente suele ser por tradición muy decorativo en ese país, pero Cheney se las ingenió para tomar las decisiones en asuntos como la defensa militar y por eso luego del 11 de septiembre, con la excusa de encontrar a los culpables, se propuso invadir Irak bajo la falsa sospecha de que existían armas de destrucción masiva. Este hombre que llegó a ser más poderoso que el mismo presidente, había sido hasta ese momento un personaje en la sombra, que había escalado en la política y en el partido republicano desde la gestión de Richard Nixon. Cheney era un hombre que se mantuvo en espera de que llegue su momento de pasar a la historia. No importaba cómo.  

Lo que nos propone “Vice”(El vicepresidente) es conocer quién era realmente Dick Cheney.  La voz de un narrador –que también  aparece misteriosamente en escena- acompaña toda la película.  Con eso esta ficción adopta también el tono de un documental, como  “Fahrenheit  9/11” de Michael Moore. La referencia resalta porque esta también es una película que toma partido por la denuncia, por exponer a Cheney a un grupo de malos funcionarios y políticos, tipos de dudosa moral que tomaron el mando del país y en nombre de la venganza lo llevaron a una guerra por el petróleo. Aunque  puede abrumar por su cantidad de información, el ritmo con que está contado  “Vice” hace que un tema como este que podría ser pesado para la mayoría de espectadores se vuelva más ligero, entretenido y comprensible a pesar de que uno sepa poco sobre el gobierno estadounidense o de política exterior.

El director Adam McKay, quien fue escritor del exitoso programa cómico “Saturday Night Live”,  y que ha construido una carrera en el humor negro y punzante,  nos habla de Cheney y los republicanos, pero en realidad está también hablando de la gestión de Donald Trump y de lo que hace o podría hacer con su absoluto poder desde la Casa Blanca. Aunque con actuaciones algo exageradas –por ejemplo, el George Bush que hace Sam Rockwell es una parodia total- todos cumplen en su rol, en especial Christian Bale quien interpreta a Cheney, papel para el que tuvo que engordar 20 kilos. Bale es un camaleón que se compromete desde la forma física con sus personajes  aunque Cheney no es un personaje al que se le puede explotar mucho, es más bien bastante apático y de mínimos gestos.

Vice” no toma por completo el tono de una sátira política, porque también hay lugar para el drama. Está muy lejos de ser una parodia de la vida americana como “Borat”, porque al director le interesa la crítica, el juego, el humor negro pero siendo lo suficientemente cauto para ser tomado en serio. Aunque con escenas muy creativas, esa indefinición le resta puntos al relato en su conjunto.

Este es un retrato de la vida pública de Dick Cheney, no tanto de su ámbito doméstico y privado. Se siente que hace falta conocer más ese lado del personaje para comprenderlo, algo que las mejores biografías logran mostrar o sugerir. Aquí todo es más calculado y lo que se cuenta está en función de ver a Cheney como un villano sin matices .Salvo por un momento en su último tramo no se llega a sentir el peso que tiene para el personaje que sus acciones hayan provocado una guerra y muchas muertes en nombre de la seguridad y la paz de Estados Unidos

 

Valoración: 3/5