En los últimos años, la apuesta de Ubisoft está enfocada en diversificar su apuesta, estrenando videojuegos en distintos géneros. Prueba de ello es Riders Republic, nueva IP de la compañía francesa que nos lleva a un festival de deportes extremos.
Varias disciplinas, mundo abierto y su cuota de juego como servicio son los ingredientes de este nuevo título, con el que Ubisoft busca imponerse en un género -lamentablemente- poco explotado por las grandes compañías en los últimos años.
¿Lo habrá logrado? Tras varias horas frente al televisor, acá les comparto un detallado análisis.
Lo bueno
Riders Republic nos ubica en un festival de deportes extremos, al que ingresamos como un novato prometedor (lo primero que tenemos que hacer es crear un avatar). El objetivo es simple: participar en la mayor cantidad de competiciones posible, a fin de ir ganando prestigio e imponernos en este mundillo.
Para Riders Republic, Ubisoft Annecy -estudio a cargo- nos presenta un mundo abierto amplísimo, variado y diseñado con bastante detalle. El mapa se divide distintas áreas, cada una diferenciada y con sus propias características: montañas, bosques, nevados, valles y hasta cañones.
La progresión de nuestro avatar está dividida principalmente en dos vertientes: la primera es el prestigio de jugador, que nos permitirá ir accediendo a sponsors y pruebas especiales; mientras que la otra está basada en un contador de estrellas. Cada cierta cantidad de estrellas, se liberan más y más competencias y retos.
La recompensa por participar en las competiciones es satisfactoria: así quedemos últimos, obtendremos una estrella; mientras que siempre hay un incremento de nuestra experiencia. Además, cada carrera tiene parámetros opcionales por cumplir (tiempo récord, reventar globos, utilizar algún tipo específico de vehículo), lo cual nos da más y más estrellas.
Cabe mencionar que aparte de participar en las competiciones, tenemos la opción de pasear libremente por el mapa (que, reitero, es inmenso), a fin de encontrar tesoros o lugares turísticos, que nos premian con más y más estrellas.
Hablemos de las competencias: Riders Republic está dividido en distintas disciplinas de deportes extremos, como ciclismo de montaña, snowboarding y carreras aéreas con jet packs. Hay también pruebas que combinan distintas disciplinas, así como eventos especiales de marcas. Hablamos de decenas de pruebas a nuestra disposición, lo cual le da muchas horas de vida al producto.
A nivel jugable, Riders Republic es harto satisfactorio, en especial las sensaciones a bordo de las bicicletas. Desde que probé la beta, encontré cositas de Downhill Domination (2003), en el apartado de ciclismo de montaña, y de Steep (2016), en las pruebas de snowboarding; aunque este último es de la misma desarrolladora, así que podría decirse que Riders Republic es una suerte de sucesor espiritual.
El control de Riders Republic puede ser asistido o manual. La diferencia no radica en las funciones de control de los vehículos, sino está enfocada en la realización de trucos y piruetas. Me explico: si utilizamos el control asistido, no tendremos que preocuparnos por el aterrizaje, ya que será automático, lo cual es muy beneficioso para no sufrir un accidente; pero en contraparte obtendremos mucho menos puntaje al hacer los trucos.
Lo bueno es que podemos cambiar de estilo de juego según lo necesitemos, ya que hay pruebas de velocidad en las que no necesitamos hacer puntaje por trucos; por lo que más práctico sería jugar con el modo asistido activado. Pero ya esto es cuestión de cada uno.
El nivel de dificultad es elevado en Riders Republic. Pese a que la jugabilidad es arcade, de fácil aprendizaje y dominio, la IA de los rivales es notable, convirtiendo cada competencia en un apetecible desafío. Ahora, si tu objetivo no solo es ser el primero, sino conseguir los retos opcionales, ¡mis respetos!
En cuanto al apartado técnico, debo decir que he quedado satisfecho y gratamente sorprendido; ya que Riders Republic corre estable y con tiempos de carga bastante cortos, pese a haberlo jugado en mi vieja PlayStation 4. Tremendo mérito de la gente de Ubisoft Annecy.
Lo malo
El apartado multijugador de Riders Republic ofrece competencias por equipos en las que debemos realizar trucos para ganar puntaje. Además, tenemos los llamados ‘eventos masivos’, en los que más de medio centenar de jugadores participan en carreras con pruebas múltiples.
Es bienvenida la inclusión de modos online; pero particularmente no encontré muy atractivas las opciones. Si bien los ‘eventos masivos’ plantean pruebas interesantes, la gran cantidad de jugadores en carrera hace que todo sea caótico en extremo. Puede ser gracioso ver a todos chocándose y cayendo, pero si en verdad buscas una competencia, esta no es una alternativa recomendable.
Uno de los puntos que más cuestioné en la beta de Riders Republic fueron los checkpoints durante las carreras. Son puntos de paso obligatorio que varias veces se ubican en la peor zona posible, perjudicando sobremanera el flow de las carreras.
El castigo por no pasar por uno de estos checkpoints es demasiado elevado, al punto que puede provocar que pierdas una carrera. Cuando te pasas uno de estos puntos tienes dos alternativas: presionar R1 (o RB, en Xbox) y activar un efecto de rebobinado para regresar en el tiempo y volver a un punto antes del checkpoint para volver a pasar. La otra opción es frenar y regresar en sentido contrario para retomar el camino. Ambas opciones toman demasiado tiempo y, como se imaginarán, significan prácticamente perder la carrera.
Esto es algo que ya cuestioné cuando probé la beta y sinceramente pensé que se eliminaría con el juego ya en el mercado. Lamentablemente, esto continúa. Es algo que, creo, deberían corregir para hacer mucho más entretenido a Riders Republic, ya que este castigo puede terminar alejando a quienes genuinamente desean invertir tiempo en el juego.
Los juegos de mundo abierto no están exentos de glitches, y Riders Republic reafirma esa tendencia. Son pocos los errores de programación, felizmente, pero queda constancia de que me encontré con ellos. Eso sí, ninguno que empañe mi experiencia.
Algo que no me gusta de Riders Republic es su vertiente juego como servicio: tenemos una tienda en la que podemos ropa, disfraces y hasta gestos para nuestro avatar. Si buen muchas cosas las podemos adquirir con la moneda del juego (a un precio elevado, dicho sea de paso); hay otras tantas que solo puedes comprarla con dinero real.
Sé que solo hay cosas estéticas (y espero que así se mantenga), pero queda el sinsabor de que tengas que pasar por caja para conseguir elementos que bien podrían ser un premio por tu esfuerzo (o sea, comprarse con el dinero del juego). No olvidemos que Riders Republic no es un free-to-play; por lo que estas microtransacciones están de más.
El apartado sonoro de Riders Republic me dejó cierto sinsabor. La mezcla de sonido no es la óptima, con la música opacada por los efectos y diálogos de una manera exagerada. El soundtrack reúne temas, en mi opinión, poco adecuados para un juego de esta naturaleza, salvo honrosas excepciones, como canciones The Offspring y Green Day.
Lo feo
Riders Republic llega completamente en inglés, sin siquiera subtítulos en español. Me pareció rarísima la exclusión de nuestro idioma en el juego, más aún si tenemos en cuenta los antecedentes de Ubisoft, una compañía que desde hace unos años ha tenido en consideración a nuestra región.
Espero que más adelante lleguen -al menos- subtítulos en español, ya que considero que la ausencia de textos en nuestro idioma puede terminar alejando a muchos jugadores que no dominan la lengua de Shakespeare.
Conclusión:
Seré muy sincero. Cuando Riders Republic llegó a mis manos, le tenía poquísima fe. Pensé jugarlo las horas justas para formarme una idea, pero la realidad fue que terminé enganchadísimo, pasando mucho tiempo frente al televisor, ya sea compitiendo en sus decenas de pruebas o simplemente haciendo turismo por el amplísimo mapa. Si te gustan los deportes extremos o si buscas una alternativa diferente dentro del catálogo, te recomiendo darle una oportunidad a Riders Republic.
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