(Mongabay Latam / Malavika Vyawahare). Para aquellos que disfrutan de la historia de David contra Goliat, la competencia entre un puercoespín y un poderoso león africano es algo que no pueden perderse. Los leones africanos macho (Panthera leo) son aproximadamente 10 veces más pesados que un puercoespín crestado (Hystrix cristata), pero incluso para el rey de la jungla alimentarse de estos robustos y espinosos roedores es más un campo minado que un paseo en el parque.
Un equipo documentó 50 incidentes de leones que fueron heridos o murieron debido a encuentros con puercoespines entre 1960 y mayo de 2016, y examinó los cráneos de tres leones para aprender más sobre sus hábitos alimenticios.
¿Por qué los leones quieren comer esta presa espinosa? Su dieta generalmente consiste en ñus, cebras y otros ungulados. «Predecimos que los leones recurren a los puercoespines solo cuando, por una variedad de razones, las presas preferidas, y de las que depende, no están disponibles debido a la caza furtiva, sequías o enfermedades que los afectan», le dijo a Mongabay por correo electrónico Julian Kerbis Peterhans, autor principal del estudio, investigador del Field Museum de Chicago y profesor de la Universidad Roosevelt de la misma ciudad.
El número de leones africanos disminuyó en un 42 % entre 1993 y 2014, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. La pérdida de hábitat y el agotamiento de las poblaciones de presas son factores importantes en su declive. Las precipitaciones impredecibles y la escasez de las lluvias que afectan a las poblaciones de presas también desencadena este comportamiento. «Los leones que vivían en terrenos más duros y secos parecían depender más de los puercoespines para alimentarse, al menos periódicamente, tal vez porque no había otras presas disponibles», dijeron los autores.
Sin embargo, el vínculo entre comer puercoespines y humanos no es sencillo.
Un ataque mal ejecutado a un puercoespín puede causar lesiones al león, lo que dificulta sus habilidades de caza. Sin embargo, su disposición a cazar puercoespines sugiere en primer lugar que otras presas son escasas. Ambas condiciones podrían llevar al felino hacia una presa más fácil, como los humanos y el ganado.
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Si bien la mayoría de los grandes felinos que comen humanos generalmente son adultos mayores que ya han pasado su mejor momento como depredadores, el estudio arrojó otro fenómeno interesante que los investigadores llaman el «síndrome del macho tonto joven». Parece que es más probable que los leones más jóvenes persigan puercoespines, y la mayoría de los heridos por puercoespines fueron machos.
La ruptura de la narrativa de que los viejos leones cazan humanos llevó a los autores a profundizar en los factores que hacen que estos leones coman personas. Los investigadores retrocedieron más de un siglo para examinar la infame serie de ataques en la década de 1890 cuando dos leones macho aterrorizaron a trabajadores que formaban parte de un proyecto de construcción de un ferrocarril colonial en la región de Tsavo de lo que entonces era el África Oriental Británica (hoy Kenia). Ambos fueron cazados en el invierno de 1898.
Thomas Patrick Gnoske, investigador del Field Museum y coautor del nuevo artículo, localizó los cráneos de los dos leones que forman parte de la colección del museo. Para deducir sus historias de vida y preferencias dietéticas, se requirió un poco de investigación alrededor de los cráneos y tomografías computarizadas. Ambos leones tenían fragmentos de púas de puercoespín clavados en sus dientes rotos, lo que llevó a los investigadores a creer que su costumbre de comer puercoespines podría haber afectado su capacidad para cazar.
El caso más sorprendente de una muerte causada por la púa de un puercoespín provino del cráneo del «Darajani Cazador de hombres», que reinó en la década de 1960 en la región de Tsavo. Una púa de 23 centímetros se encontraba clavada en su hocico, penetrando más de 12 centímetros, lo que habría obstaculizado su capacidad de cazar y comer. El hambriento devorador de hombres fue luego capturado y matado por dos cazadores.
Si bien la protección del hábitat de leones y garantizar que los suministros de alimentos no colapsen es una forma de proteger a esta especie, parece que no hay una forma segura de mantenerlos alejados de los puercoespines. A la luz de esto, los autores del artículo recomiendan que los turistas y lugareños avisen a las autoridades si ven un león herido para evitar que el felino y los humanos entren en conflicto.
El artículo original fue publicado en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.
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