Marc Hutten vio al guerrillero argentino un día después que fue ejecutado por militares bolivianos. Este fue su testimonio.
Vallegrande (Bolivia), 11 octubre 1967 (AFP / Marc Hutter, enviado especial) - Ayer por la tarde vi el cuerpo, acribillado de balas y sin vida, de un guerrillero apodado ‘Ramón’, el supuesto nombre de guerra de Ernesto ‘Che’ Guevara.
Fuimos una treintena de periodistas, entre los cuales solo había tres corresponsales de prensa extranjeros, los que acudimos a Vallegrande, un pueblo somnoliento bajo la canícula del sureste boliviano, para constatar allí la muerte del más prestigioso de los guerrilleros.
Tras descender de las alturas brumosas del aeródromo militar de La Paz (4,100 metros), nuestro "Dakota" se posó en Vallegrande a la hora de la siesta. En el otro extremo del pueblo de calles desiertas, una verja ante la que estaban parados medio centenar de curiosos daba acceso a un terreno al final del cual se levantaba, en una ladera, una morgue improvisada en un antiguo establo. Unos gallardos oficiales y algunos soldados armados nos recibieron.
El cadáver de un hombre barbudo, de pelo largo y vestido únicamente con un pantalón verde oliva, yacía en una camilla puesta sobre un fregadero de cemento. Un olor a formol flotaba por encima del cuerpo acribillado a balazos y desangrado, a los pies del cual habían tirado otros dos cadáveres en el suelo. Los oficiales encargados de disipar cada una de nuestras eventuales objeciones sobre la identidad de "Ramón" se empeñaban en señalar el parecido, rasgo por rasgo, del cadáver con el guerrillero. No hay duda posible, nos decían: las huellas digitales del cadáver corresponden con las de Guevara.
‘Ramón’ fue herido mortalmente en la batalla del domingo pasado, a unos kilómetros de La Higuera, cerca de Vallegrande. Falleció a causa de sus heridas a primera hora del lunes. "No fue rematado", precisó el coronel Arnaldo Saucedo, comandante del segundo batallón de 'rangers' que opera en este sector.
Estupefacción e incredulidad
"Soy el Che Guevara, he fracasado", habría murmurado, dirigiéndose a los soldados que lo habían hecho prisionero. Eso es al menos lo que afirma el general Alfredo Ovando, comandante en jefe de las fuerzas armadas bolivianas. Al ser preguntado al respecto poco antes, en una rueda de prensa, el coronel Saucedo declaró sin embargo que "Ramón" no había recobrado el conocimiento en ningún momento.
Los periodistas que se arremolinan alrededor de la morgue, incluyendo fotógrafos y camarógrafos, daban muestras de una mezcla de estupefacción e incredulidad. El error en la identificación parecería ser, sin embargo, imposible.
Un colega boliviano me dice: "Vallegrande acaba de entrar en la historia revolucionaria de América del Sur".
A los pies del cadáver de ‘Ramón’, otros dos guerrilleros yacen en el suelo. Se trataría de los cuerpos de ‘El Chino’, un peruano, y de ‘El Moro’, un médico cubano. Otros dos cadáveres, pertenecientes al parecer a bolivianos, todavía no fueron identificados definitivamente.
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