En las universidades peruanas la población femenina se incrementa y el entusiasmo por el mundo de las ciencias, biología, física o la inquietud por la tecnología médica hace que la ciencia se convierta poco a poco en una profesión cada vez más paritaria.
Sin embargo, en el plano académico las investigadoras científicas aún deben superar enraizados estereotipos. En la actualidad, de 5040 investigadores inscritos solo 1570 son mujeres; es decir, las mujeres científicas en nuestro país representan el 31%, según estadísticas de CONCYTEC del 2020.
Audrey Azoulay, ratificada este año como Directora General de la UNESCO, señala que el papel de las mujeres en las ciencias es un desafío de igualdad, pero también un aporte a la humanidad. Sin embargo, las desigualdades de género siguen impidiendo a muchas niñas y mujeres emprender y permanecer en carreras científicas en todo el mundo.
En el país contamos con científicas que han logrado encontrar información biológica de las plantas medicinales, han definido el ADN del arroz, de la papa o el impacto del retroceso glaciar. Son científicas que se distribuyen al norte, centro o al sur del Perú, cuyos trabajos son exitosos aquí y en el extranjero. A continuación, cuatro de ellas nos cuentan sus historias.
Mónica Gómez, doctora en ciencias físicas
Este es el caso de Mónica Gómez, la primera mujer a quien la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) le otorgó el grado de doctora en Ciencias Físicas. Su inquietud profesional y su interés por la investigación la ha llevado a las zonas altoandinas donde tiene un gran desafío: usar la energía solar para contrarrestar las heladas y diseñar viviendas acorde al clima de la zona y las necesidades de la población.
Junto a su equipo de investigación, la doctora Gómez ganó el concurso “Proyectos Especiales: Respuesta al Covid-19” que organizó el CONCYTEC. En los primeros meses de la pandemia, lograron obtener textiles con propiedades antimicrobianas, antimicóticas y anti Covid-19 para proteger la salud de las personas.
“La propiedades de la tela se consiguen con el uso de nanopartículas de óxido de cobre (CuO) y nuestra propuesta, liderada por el Dr. José Luis Solís, buscaba que estas se utilicen con algodón nacional y en la producción de prendas a gran escala”, comenta Gómez. Ella hizo una pausa en la investigación hace diez años para dedicarse a sus dos hijos, pero hoy, a sus 49 años, continúa trabajando en encontrar nuevos hallazgos.
Yamina Silva, meteoróloga y física-matemática
En el mundo de la meteorología se continúa logrando avances que mejoran nuestra relación con la atmósfera, el tiempo, clima, lluvias y temperaturas gracias a la participación de la mujer dedicada a la investigación.
Yamina Silva, de 54 años, es ingeniera meteoróloga y doctora en Ciencias Físico-Matemáticas y ha dedicado su vida a verificar las variaciones del clima, las lluvias y los glaciares andinos. Ella se encarga de investigar los diversos fenómenos físicos que ocurren en la Tierra, las modificaciones atmosféricas, los tsunamis y las placas sísmicas, entre otros.
“La sociedad debería conocer las consecuencias del efecto invernadero ya que se está alterando el proceso natural de la vida en la Tierra y esta se calienta por los gases industriales”, sostiene. Cuenta que pasó 15 años becada en la Unión Soviética y ha sabido vivir en un mundo con igualdad de oportunidades tanto para hombres como para las mujeres donde se apoya el talento sin tomar en cuenta el género.
“Si bien, todos por igual tienen oportunidad para estudiar ciencia, he notado que, en gran parte del mundo, para ocupar los cargos de importancia las mujeres no son tomadas en cuenta y no es muy común, a pesar de que la mujer tiene poder académico”, sostiene.
Cuando retornó al Perú percibió que en la propia comunidad científica aun prevalecía la desconfianza por lo que pueda desarrollar una mujer científica. “Al volver sentí que a los varones les parecía raro que sea doctora en la especialidad y me querían ver más atrás que ellos siendo de la misma profesión”, afirma.
Pese a todos estos episodios, que hoy le resultan anecdóticos, confirma que las mujeres en la ciencia son cada vez más y demuestran ser apasionadas con lo que hacen. Ahora está analizando de qué manera influyen los glaciares peruanos en la producción de nuestra agricultura. “El calor está derritiendo el hielo y se están formando lagunas que terminan siendo muy peligrosas y además, se incrementa la intensidad de lluvias, lo que altera la dinámica de los cultivos de la región como maíz, papa o quinua”, comenta.
Carmen García, bióloga molecular
La bióloga molecular Carmen García cuenta que de niña creció rodeada de la frondosa vegetación de la Amazonía peruana y eso impulsó su curiosidad por saber cómo es el mundo de los peces que abundan en los ríos.
Ahora, con 54 años -y más de 16 conviviendo con el microscopio- analiza las diferentes especies de peces y la manera cómo se movilizan, reproducen, crecen, comen e interactúan activamente con su ambiente. “La investigación científica no es un trabajo, es una pasión”, apunta.
La doctora ha logrado explicar el mundo de los peces de la Amazonía con detalles de la taxonomía biológica y distribución de 179 especies de consumo humano y 212 ornamentales que hoy se conocen. “No se sabía con exactitud el ámbito migratorio de algunas especies y por la biología molecular hoy sabemos que el pez dorado es una especie que no puede sobrevivir en otras cuencas que no sean las del Perú y, de igual manera, ahora hemos logrado mejorar los criaderos del Dorado para obtener un beneficio económico para la sociedad”, afirma
En base a su meticuloso estudio, ella logró crear un banco genético -algo parecido al RENIEC de los peces amazónicos- para cuatrocientas especies. Y cree que la mujer en la ciencia aumenta cada día porque estamos viviendo un momento importante de empoderamiento femenino. “Antes era diferente se creía que la mujer debía de dedicarse al hogar y cuidar hijos o que la mujer dependía del esposo y ahora ya no es así”, comentó.
Angélica Baena, doctora en química
A sus 36 años, la doctora Angélica Baena es coordinadora técnica del proyecto de investigación “Supercapacitores” o más conocidos como condensadores que almacenan energías como la batería convencional. Ella asegura que en los próximos años en el Perú se podrán producir estos condensadores que servirán para cargar el celular, el scooter, la bicicleta eléctrica y hasta los mototaxis de manera rápida sin perjudicar el medio ambiente.
“Para la composición de los dispositivos se emplean desechos como la coronta del maíz morado, cáscaras de naranja, cáscara de pistacho y venimos explorando con diversos materiales”, refiere. Considera que gracias a la educación recibida y el apoyo de su madre pudo superar en el camino de su formación profesional los escollos generados por los estereotipos de género.
“En mi caso muchos estudiantes no entendían por qué sacaba buenas notas y era una buena alumna. Aún se cree que la ciencia es una profesión masculina o que los hombres son mejores con los números y la ingeniería, lo que muchas veces puede desanimar a la mujer que quiere abrirse camino en las ciencias”, sostiene.
Estas historias nos demuestran que las carreras no tienen género y que es importante fomentar la paridad en la ciencia y la investigación. De esa manera podremos aspirar a tener profesionales con diferentes puntos de vista y que puedan trabajar en conjunto por un país mejor.
Comparte esta noticia
Siguenos en