Hablar de sexualidad a sus hijos o hijas puede ser muy complicado para muchos padres y madres, ¿Saben por qué? Lo más probable es que a ellos tampoco sus padres les hayan hablado del tema. Algunos padres saben enseñarles a jugar fútbol a sus hijas, otros saben de qué forma enseñarles a sus hijos a cocinar o seleccionar la fruta madura; esta enseñanza se da porque antes hicieron lo mismo con ellos. Al ser la sexualidad un tema no tabú, prohibido, que nos genera desde rechazo, hasta nervios o falsas creencias (como pensar que hablarles de sexo a tempranas edades es promover el inicio sexual o generarles más curiosidad que pueda salirse de control); es que preferimos no hablar del tema, delegar esta responsabilidad exclusivamente al colegio.Sin embargo, en el Perú no existe una política de enseñanza de Educación Sexual Integral en todas las etapas del desarrollo: desde la niñez hasta la adolescencia, y en las instituciones educativas solamente hablan de sexualidad en determinadas edades o cuando “algo” está sucediendo en los alumnos/as (como enterarse que ya tienen enamorados, están jugando botella borracha o alguien está embarazada). En esos momentos ya es tarde para hablarles de sexualidad.Si bien a los adolescentes se les puede dar algunas pautas y explicar algunos riesgos, hemos perdido muchos años evadiendo el tema y creyendo “que todavía no es necesario”. Hoy en día, más que nunca, los padres, las madres, los colegios y el Estado, deberían preocuparse por desarrollar estrategias y políticas para asegurar tal educación sexual integral.¿Qué es la sexualidad? Es la forma en la que cada persona vive, siente y se manifiesta por el hecho tener un sexo (pene o vulva). Entonces, hacemos referencia a todo lo que tiene que ver con nuestro cuerpo, los afectos, las emociones que sentimos y expresamos, los distintos placeres, los deseos, las fantasías, los diversos vínculos que generamos con otras personas, la autopercepción y autoestima, nuestros valores y el respeto hacia las demás personas.¿Qué necesito hacer para hablarles de sexualidad?• Recordar y evaluar las dificultades que experimentó usted con sus padres cuando hablaron temas de sexualidad.• Tener en cuenta que somos formadores de nuestros hijos. Los niños no solamente quieren recibir datos, información, sino los valores y actitudes que reproducirán más adelante en sus vidas.• Siempre deben repreguntar para saber qué es lo que realmente les está inquietando o generando dudas.• Convertir los momentos simples (paseos, programas de TV, caminatas) para fomentar el diálogo y el aprendizaje conjunto.• Nunca esperar a que ellos empiecen a hacer preguntas o evidenciar curiosidades en sexualidad. Siempre generar la apertura para hablar del tema en cualquier momento.• Considerar que siempre las dudas de los niños encubren otras inquietudes que no saben cómo manifestarlas.• Compartir con los hijos sus sentimientos, afectos y emociones cuando hable de sexualidad porque eso los relajará y el clima será de confianza.• No tenga miedo de hablarles del placer que genera la sexualidad. Esto nunca estimulará comportamientos precoces.• Empezar a hablar de sexualidad a edades tempranas y con temas acordes a la edad. Considera que es mejor anticiparse a las etapas de vida que pronto vivirá su hijo.• Siempre hablar con la verdad, si descubre que le engaña o miente, será complicado que lo busque para hablarle de sexo otra vez.• Ayúdense con materiales gráficos, libros o del internet.• Es importante que usted y su pareja esté siempre presente en los diálogos importantes de sexualidad, así la enseñanza será compartida.¿Qué enseñamos cuando hablamos de sexualidad?• A reconocer y expresar emociones: afecto, cariño, molestia, alegría, etc.• A reconocer su cuerpo, aceptarse sin complejos y saber cómo irá evolucionando.• A conocer la importancia de la privacidad e intimidad.• A hablar de sexualidad es algo totalmente normal y si hay algo que se quiere saber que se pregunte sin vergüenza ni temor.• A tolerar y respetar a las personas, sus diferencias, sus distintas maneras de manifestar amor y afecto.• A reconocer los valores de la comunidad, de la familia o los de la religión que practicamos.• A conocer los distintos tipos de ser familia: casados, convivientes, separados, huérfanos, homoparentales, etc.• A contar con más herramientas para afrontar las siguientes etapas del desarrollo.• Conocer y respetar a las personas del otro sexo. • A saber qué hacer cuando sus cuerpos pretendan ser tocados de forma inadecuada por otras personas.