El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que causa rigidez, temblor en reposo, pérdida de equilibrio e impide el movimiento físico, cognitivo y social.
En fases avanzadas puede producirse la disminución de la capacidad respiratoria por la falta de movilidad del tórax y estreñimiento por la disminución de la actividad física, entre otros.
El tratamiento del Parkinson en la Fisioterapia
La fisioterapia juega un papel muy importante ya que, acompañada de una adecuada medicación, ayudará a la persona a disminuir y a controlar las alteraciones que puedan producirse en el movimiento.
La terapia debe estar enfocada en mejorar la condición física y evitar las alteraciones posturales (como la postración); disminuir y controlar el temblor; evitar la rigidez; mejorar el equilibrio y la coordinación (evitar las caídas); facilitar la realización de actividades de la vida diaria; mejorar la ingestión y el habla; además, de mejorar la respiración y disminuir los problemas respiratorios, entre otros.
Para esto, puede valerse de diferentes técnicas fisioterapéuticas como ejercicios, movilización, punción seca, entre otros. Es importante la atención temprana para evitar las futuras complicaciones como la pérdida de la funcionalidad que puede llegar hasta la postración. Para mayor información consulta a tu fisioterapeuta.