Antes de los 7 años, el niño es por naturaleza ideático y fantasioso, razones por las cuales confunde la realidad con la fantasía. Esto explica por qué los niños disfrutan tanto de los juegos, las historias, los argumentos cargados de situaciones no reales, los poderes, la fantasía.En esta dinámica puede suceder que se confunda la realidad con la fantasía, y que los niños puedan decirnos cosas que no se ajustan a la realidad, las cuales pueden sr confundidas con mentiras.Cuando el niño menor de 7 años dice cosas que no son ciertas, usualmente está dando rienda suelta a su fantasía, con inocencia, sin un propósito negativo de conseguir algo.A partir de esta edad, cuando el infante va tomando conciencia de la realidad, puede suceder que realmente mienta para resolver alguna situación.Una de las principales razones por las que ellos mienten es porque aprenden por imitación, más aún si aprenden de modelos trascendentales para ellos como sus padres. Si los padres mienten, la posibilidad que sus hijos mientan es alta.También pueden mentir por miedo: al castigo, a la sobrerreacción de los adultos, a sentirse desaprobados como personas, más que por el hecho en sí.También puede suceder que los infantes mientan por conseguir algo que no conseguirían de otra manera. Incluso, pueden mentir para protegerse a sí mismos o a otros frente a situaciones que perciben como fuertes o amenazantes.Sabemos además que los niños mienten para evitar pasar por un momento en el cual se sienten avergonzados o disminuidos, así como para ganar la aprobación de las personas que para ellos son importantes.Finalmente, también es posible para los niños mientan por demostrar poder sobre la autoridad.Es importante que los padres puedan analizar cada situación y tengan claridad sobre la razón por la cual su hijo(a) miente. El fin es ayudarlos, orientarlos para que enfrenten las cosas de otro modo, así como corregir o mediar en las situaciones a las cuales se enfrentan. Si el niño tiene claro que sus padres lo escuchan y se esfuerzan por entenderlo, y que puede confiar en ellos, se sentirá aceptado aun cuando se equivoque. Él sabrá que es posible corregirse y mejorar, y que puede hacer este progreso con sus padres, así se logrará un nivel de confianza importante.Al ser aceptado como es, el niño no tendrá necesidad de mentir.Tratando a este pequeño ser con respeto, considerando que está en una etapa de formación donde hay que concentrarse tanto en las cualidades positivas, como en las que tiene que mejorar, la fortaleza en la autoestima vendrá sola.Este último factor es muy importante, ya que un niño que tiene la autoestima en alto se relaciona muy bien con los demás, goza de paz interior y no cae en el mundo de las mentiras.