Un estudio realizado por la Universidad de Hiroshima, en Japón, revela el peligro que corren las personas al comer muy deprisa.
En la actualidad las personas suelen llevar una vida rápida debido a asuntos familiares, laborales y de negocios, lo cual nos priva de muchas cosas, por ejemplo, de sentarnos cómodamente a desayunar o almorzar y disfrutar -con el debido tiempo- la merienda.
Comer de manera rápida y con apuro puede representar un riesgo para la salud, así lo comprobó un nuevo estudio presentado en la reunión anual de la Asociación de Cardiología de Estados Unidos. Este fue elaborado por la Universidad de Hiroshima (Japón) e indicó que comer la comida y devorarla casi sin masticar aumenta hasta cinco veces más el riesgo de sufrir el síndrome metabólico.
Este síndrome abarca, de forma general, enfermedades como la obesidad, así como niveles muy altos de colesterol y presión alta. La razón principal para desarrollarlo es que, al comer muy rápido, no se brinda al cerebro el tiempo suficiente para registrar que la persona ya está satisfecha.
¿Cómo se desarrolló la investigación?
La investigación duró 5 años y se analizaron casos de 1,000 personas aproximadamente, todas consideradas saludables. A todos los participantes los dividieron en tres grupos según la rapidez con la que comían. Se concluyó que el 11,6 % de las personas que ingerían más rápido sus alimentos (en el primer grupo), desarrollaron el síndrome metabólico.
El riesgo fue de 6,5 % para el segundo grupo de personas, quienes comían con una velocidad media. Para el tercer grupo, aquellos que comían más despacio, el riesgo solo fue de 2,3 %.
"Cuando las personas comen muy rápido tienden a comer en mayor cantidad debido a que no se sienten llenas, su cerebro no recibe la información de satisfacción a tiempo", indicó Takayuki Yamaji, líder de la investigación.
Otro punto que lograron deducir después de analizar todos los casos fue que comer rápido causa variaciones en los niveles de glucosa. Estas variaciones pueden llevar a que las personas desarrollen resistencia a la insulina, lo que a su vez podría causar diabetes.
En conclusión, hay que darse un tiempo prudente cuando se trata de comer; de lo contrario, la salud se vería amenazada. Comer despacio ayuda también al organismo a digerir mejor los alimentos y aprovechar mejor los nutrientes.
La responsabilidad del contenido y autoría del presente artículo es de RPP.
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