Estefanía Fernández describe su relación con una enfermedad que la acompaña desde la adolescencia, y cómo aprendió a aceptarla en su vida.
“El dolor es como si te estuvieran golpeando el cerebro con un martillo”, dice Estefanía. Ella tiene 25 años y trabaja en una agencia de publicidad, pero además es parte del 10% de la población mundial que sufre de migraña. Sin embargo, la de Estefanía es una condición diferente, conocida por la comunidad médica como migraña menstrual. “Cuando comencé a experimentar migrañas, los síntomas duraban desde varias horas a un día”, dice. Actualmente, sus episodios pueden durar hasta cinco días antes de su periodo menstrual y desde un día hasta tres después de su periodo. No duerme hasta que los síntomas pasen. Y a veces comienzan mientras está durmiendo.
Ella la describe como una condición debilitante. Y de hecho lo es, ya que más del 90% de personas que la padecen no pueden trabajar o desenvolverse bien durante una crisis, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Explicarle a la gente por qué se siente exhausta durante esos momentos se ha convertido en una tarea casi imposible. “Me han aconsejado de todo, ejercicio, yoga, plantas medicinales, pero nada funciona y he aprendido a vivir con ello”, dice resignada.
Escala de dolor. Estefanía menciona que el dolor más bajo que puede experimentar en una migraña es peor que el dolor de cabeza durante una sinusitis, calambres, infección de garganta, cirugías o piedras. “Cuando comienza el dolor, se concentra en un punto específico sobre mi ojo derecho. Este dolor llega acompañado de una sensibilidad extrema hacia la luz y muchas veces náuseas”, menciona.
Recomendación. La mayor parte de las personas que padecen migraña optan por auto medicarse y las cifras lo confirman: solo el 4% busca a un especialista en dolor. Ella, por su parte, dice no haber encontrado una cura a su mal pero sí guía médica para aminorar el daño. “Comer queso, chocolates o tomar cerveza, por ejemplo, hace que los síntomas empeoren”, asegura. Lo mejor que puedes hacer si las pastillas no hacen afecto es apagar todas las luces, cerrar puertas y ventanas y descansar, dice.
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