Biológicamente, la simetría revela información importante.
La simetría es una cualidad admirada universalmente. Cuando una persona ve una serie de rostros, generalmente elige como más atractivo aquel que muestra mayor simetría. Aunque esto puede explicarse simplemente como un efecto de la belleza y del orden que naturalmente atraen a los seres humanos (y a muchos animales, como puede constatarse en los ritos de apareamiento), los científicos han explorado la posibilidad de que la simetría en realidad sea una forma de comunicar información relevante para la transmisión de los genes, es decir, para que una hembra pueda tener una descendencia fructífera.
Estudiando una serie de genes altamente variables, algunos investigadores han notado que estos genes, también llamados genes de compatibilidad, pueden afectar todo tipo de conductas, incluyendo quiénes nos atraen.
Así, se ha llegado a la hipótesis de que los genes de compatibilidad están ligados a la simetría de los rostros y los cuerpos. Deborah Waller, de la Royal Institution, una organización británica dedicada a la educación y la investigación científica, probó esta hipótesis con monos. En el experimento, encontró que, en el caso de nuestros parientes evolutivos, existe una relación entre la simetría y los genes de compatibilidad.
Así que, al parecer, los genes de compatibilidad producen rostros más simétricos, lo cual permite que los individuos, especialmente los machos, muestren ventajas genéticas ante sus posibles parejas.
El mismo estudio descubrió que (muchas veces) cuando las mujeres que tienen pareja están en su período de mayor fertilidad, suelen soñar con otros hombres simétricos con mayor frecuencia, algo que no ocurre si sus parejas tienen rostros simétricos.
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