Todo es parte de una serie de procesos que se producen en el intestino tras la ingesta de este alimento.
(Agencia N+1 / Hans Huerto) Científicos han descubierto una estrategia dietética que puede atacar la obesidad mediante la reducción de la endotoxemia, un importante contribuyente a la inflamación crónica de bajo grado (CLGI). Los investigadores descubrieron una interacción entre la capsaicina dietética (CAP), el principal componente del chile o ají rojo y la microbiota intestinal.
El proceso. La endotoxemia metabólica que se origina en la flora intestinal se ha identificado como un mediador primario para desencadenar la CLGI responsable del desarrollo de la obesidad. Mientras que la CAP es el principal bioactivador del picante y tiene potentes funciones contra la obesidad, pero los mecanismos que vinculan este efecto a la microbiota intestinal permanecían oscuros.
La investigación, publicada por mBio, demuestra que ratones alimentados con una dieta rica en grasas suplementada con CAP presentan menores niveles de endotoxemia metabólica y CLGI, asociados con un menor aumento de peso corporal.
Los resultados. Estos mostraron, entre otros, que la dieta con picante indujo un aumento de las Ruminococcaceae y Lachnospiraceae, productoras de butirato, mientras redujo los niveles de la bacterias de la familia S24_7, productoras de lipopolisacáridos (LPS), estimulador de la inflamación.
El documento añade que los experimentos de trasplante de microbios fecales llevados a cabo en ratones sin germen demostraron que la protección inducida por la dieta de CAP contra la obesidad inducida por dietas grasas es transferible. Además, el agotamiento de la microbiota mediante un cóctel de antibióticos fue suficiente para bloquear el fenotipo protector inducido por la CAP contra la obesidad, sugiriendo además el papel de la microbiota en este contexto.
“En conjunto, nuestros descubrimientos revelan una interacción entre el CAP dietético y la microbiota intestinal como un mecanismo novedoso para el efecto anti-obesidad de la CAP actuando a través de la prevención de la disbiosis microbiana, la disfunción de la barrera intestinal y la inflamación crónica de bajo grado”, señala el paper.
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