Un hallazgo en la zona arqueológica de Mijiaya, en China, ha abierto una investigación sobre la antigüedad y propósito del uso de la cerveza hace miles de años.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera) Los primeras evidencias de la escritura datan de alrededor del IV milenio a.C., pero para otros menesteres el ser humano se dio más prisa: la primera prueba de la fabricación de la cerveza se encontró en los restos de una vajilla de cerámica de más de 5000 años de antigüedad. El hallazgo, que se publicó en la revista PNAS, se realizó en la excavación arqueológica de Mijiaya, China, donde la fabricación de esta bebida parece haber estado muy avanzada: muestra rastros de la fermentación de cebada, mijo común, lágrima de Job y algunos tubérculos. El estudio está basado en el análisis de almidón, fitolitos y residuos químicos encontrados en una vasija de cerámica.
Los primeros indicios. Hasta ahora, había registros escritos de la fabricación de la cerveza en China a finales dinastía Shang (entre 1250 y 1046 aC). Indican que se usaban granos malteados de mijo y cebada (o trigo, ya que se escribe con el mismo carácter en chino). Aunque muchos historiadores ya intuían que su origen era mucho más antiguo (entre 5000 y 2900 a.C.), coincidiendo con las primeras aldeas agrícolas a gran escala en esa zona. De hecho, la cebada fue domesticada sobre el 9.000 a 8.000 aC, hecho que alimenta muchas teorías de que los antiguos humanos bebían cerveza bastantes milenios antes.
Importantes características. Patrick McGovern, director del Proyecto de Arqueología Biomolecular para Cocina, Bebidas Fermentadas y Salud en la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) aseguró a la revista científica Nautilus que más allá de su capacidad de embriagar y su sabor, la cerveza contiene un alto contenido de vitamina B y un efecto medicinal que acabaron con muchas bacterias y virus. Además, también actuó como un catalizador importante para que las personas actuaran como una comunidad y se usó en ceremonias y celebraciones, como se hace hoy en día.
Esta idea ya había sido apuntada en los años 50 por un experto en prehistoria del Medio Oriente de la Universidad de Chicago (EE.UU.), Robert Braidwood, que se basó en el grano y las hoces que se encuentran en los asentamientos de los Natufienses, que vivieron entre 13.000 y 19.000 años en el terreno que hoy comprende Siria, Jordania e Israel, para concluir que la cebada fue una de las razones por las que los seres humanos se asentaron y abandonaron un modo de vida nómada.
