Especialista en competencia detalló que topes de precio harían poco atractivas inversiones en farmacias.
Un reciente informe de la defensoría del pueblo registró que la diferencia de precios de los medicamentos genéricos en regiones puede llegar a ser hasta 26 veces más entre una farmacia y otra, una problemática que en los últimos meses ha generado hasta tres proyectos de ley que buscan controlar el precio de estos productos.
¿Menores costos?
El especialista en temas de competencia, Pierino Stucchi, explicó que el control de precios de medicamentos, contrario a lo se esperaría, podría generar escasez de estos productos, ya que no sería atractivo para las farmacias continuar vendiéndolos.
"Se quiere lograr que los consumidores tengan disponibles medicinas a una buena combinación precio y calidad, pero al poner un precio tope pueden ahuyentar más bien la inversión, la colocación de nuevas farmacias y nueva boticas sobre todo en los lugares más alejados de los centros urbanos y eso no beneficia al consumidor", dijo el socio del Estudio Muñiz.
Compras a escala
Stucchi explicó que la diferencia de precios de medicamentos en zonas urbanas y rurales se debe en muchos casos a los costos de traslado y el volumen de compra de las farmacias.
Agregó que cuando existe concentración de mercado, como la que se dio tras la fusión de Inkafarma y Mifarma, usualmente la capacidad logística crece y permite reducir costos y negociar precios por compras a gran escala, lo que podría ser imitado por el estado.
"Comprar de manera más eficiente, de manera agregada, sumada y hacer compras colectivas, en paquete, para lograr mejores precios de compra, en consecuencia, como estado, con ese fin social que tiene lograr mejores precios de reventa al consumidor"
Control de precios permitido
Finalmente, Stucchi comentó que el control de precios solo se justifica en los casos de la prestación de servicios básicos como el agua o la electricidad, ya que son mercados donde no existe competencia entre más de una empresa.
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