El atacante de las Chivas de Guadalajara volteó el partido dejando en ridículo al portero del Puebla.
En la noche de este sábado 8 de abril se vivió un hecho que será recordado durante mucho tiempo por los hinchas de las Chivas de Guadalajara. Su equipo le voteó el partido al Puebla jugando de local por la jornada 13 del torneo Clausura de la Liga MX. Lo llamativo llegó en el último gol.
Se jugaba ya el minuto 93 de los cuatro adicionales que había añadido el árbitro Miguel Chacón. En una jugada controlada por el arquero visitante, Cristian Campestrini, la pelota fue tirada al césped por él mismo sin saber lo que le esperaba: el atacante Carlos Fierro estaba detrás y corrió por ella para robarla, dejarlo en el suelo y marcar el 3-2 final.
Hasta los 55' del partido, las Chivas iban perdiendo en su casa por 2-0. Sin embargo el equipo dirigido por Matías Almeyda nunca dejó de intentar y fue a segundos del pitazo final que encontró voltear la tortilla. Gracias al resultado se mantiene en el primer lugar de la tabla con 24 puntos.
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