"Nunca reclames nada para que no crean que mi deber tuvo precio" dice la parte final de la carta que Francisco Bolognesi escribió a su esposa poco antes morir en la batalla Arica.
Este 4 de noviembre se conmemoran los 201 años del nacimiento del héroe nacional Francisco Bolognesi. Su accionar durante La Batalla de Arica, uno de los episodios más trágicos de la guerra del Pacífico, hizo que su figura quede grabada para siempre como de una de las cumbres de la heroicidad de nuestro país.
Muchos recordamos la lección escolar sobre esa contienda y las famosas palabras del héroe que se resiste a entregar Arica ante un ejército chileno muy superior en número."Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho", había respondido el coronel al mensajero chileno que traía el pedido de una rendición planteada por el general de la escuadra enemiga, Manuel Baquedano.
Últimas palabras. Sin embargo, la grandeza de Bolognesi no solo ha quedado comprobada por sus gestos de valentía en el campo de batalla. El héroe también dejó evidencia de su estatura moral como esposo, padre y ciudadano de la patria en diversas cartas que escribió a familiares, amigos y colegas de armas. Una de ellas es la que escribió para su esposa a pocos días de la batalla final en la que se inmolaría. Aunque el escrito se conoce desde hace años, pocas veces se hace mención de ella cuando corresponde recordar al valeroso oficial peruano.
La carta
Arica 22 de Mayo de 1880
Adorada María Josefa,
Esta será seguramente una de las últimas noticias que te llegarán de mí, porque cada día que pasa vemos que se acerca el peligro y que la amenaza de rendición o aniquilamiento por el enemigo superior a las fuerzas peruanas, son latentes y determinantes. Los días y las horas pasan y las mismas como golpes de campana trágica que se esparcen sobre este peñasco de la ciudadela militar, engrandecida con un puñado de patriotas que tienen su plazo contado y su decisión de pelear sin desmayos en el combate, para no defraudar al Perú.
¿Qué será de ti, amada esposa, tú que me acompañaste con amor y santidad? ¿Qué será de nuestra hija y de su marido, que no me podrán ver ni sentir en el hogar común? Dios va a decidir este drama en que los políticos que fugaron y los que asaltaron el poder, tienen la misma responsabilidad. Unos y otros han dictado con su incapaz conducta, la sentencia que nos aplicará el enemigo. Nunca reclames nada para que no crean que mi deber tuvo precio. Besos para ti y Margarita. Abrazos a Melvin.
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