A muy pocas horas de la llegada del papa Francisco a Perú, tres mujeres nos cuentan sus historias de acercamiento con el Santo Padre.
Por Leslie Arce.
Bautizo en Buenos Aires
Hace 17 años Marlene Araujo vivía en Argentina y trabajaba como niñera. Un día, llevó a unos niños a bautizarse. “Mi amiga me recomendó que yo también lo hiciera, porque no estaba bautizada. A mí me daba vergüenza por mi edad, pero cuando llegué, casi nadie era niño”, contó.
El sacerdote que la bautizó era el entonces cardenal de Buenos Aires, conocido entre la feligresía por su humildad y carisma. Su nombre, Jorge Mario Bergoglio.
Un par de años más tarde, Marlene reconoció a una figura en la televisión. Era el recién elegido Papa. El narrador del noticiario dijo que era argentino, y que había sido cardenal de Buenos Aires. Marlene corrió a buscar su hoja de bautizo. Cuando la encontró, lloró de emoción: había sido bautizada por el hoy papa Francisco.
Una carta del Vaticano
Juan Arbulú tiene 12 años y hace 9 fue diagnosticado de distrofia muscular. La enfermedad no le permite correr o caminar. Su abuela, Marina Ayllón Garrido Lecca, cuenta que fue tratado por varios especialistas en centros médicos de Atlanta, Cuba, y Lima, sin éxito.
Ante la desesperanza, Marina mandó una carta al Papa Francisco. Poco tiempo después, El Vaticano respondió.
“Me complace comunicarle que el Santo Padre le agradece esta muestra de confianza, a la que responde asegurándole un recuerdo en la plegaria, y de modo especial por su nieto Juan, para que el Señor le ayude con su gracia y sientan en todo momento el consuelo y la fortaleza de su amor”, se leía en el escrito con firma y sello del Vaticano.
Marina no pierde las esperanzas: Juan podría ser parte de un encuentro con el Santo Padre este domingo, cuando esperará junto con un grupo de niños del INEN (Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas) frente a la Nunciatura Apostólica la llegada del Pontífice.
El video y la emoción
Silvia Gonzales estalló en gritos cuando tuvo al papa Francisco a pocos metros. Profesora de religión y catequista, sigue al Papa en casi todas las redes sociales. El año pasado viajó al Vaticano y estuvo en la audiencia pública de la Plaza San Pedro.
Ella recogió sus pases muy temprano y a las 10 de la mañana se ubicó entre un grupo de personas de República Checa que tocaban canciones religiosas en su idioma. Silvia empezó a transmitir en vivo a través de Facebook sin imaginar que de pronto el Pontífice se acercaría hasta casi dos pasos de ella. “Al escuchar luego mi voz llena de emoción, me desconocí”, dijo a RPP Noticias.
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