La deuda del país y de la petrolera estatal PDVSA asciende a US$ 150,000 millones. Sus reservas apenas son US$ 9,700 millones.
El Gobierno de Venezuela se reunirá este lunes con sus acreedores en Caracas para renegociar su deuda externa en medio de fuertes temores de un default.
A pesar de que el presidente Nicolás Maduro aseguró el domingo que Venezuela “nunca” se declarará en default (insolvente para pagar sus deudas), hoy intentará que se renegocie la deuda del país y de la petrolera estatal PDVSA, por un valor de 150,000 millones de dólares.
Analistas consultados por la agencia AFP auguran poco éxito a la cita, pues las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela prohíben a sus inversionistas negociar deuda venezolana. Un 70% de los tenedores de bonos son estadounidenses y canadienses.
Otro escollo es que Maduro nombró como principales negociadores al vicepresidente Tareck El Aissami y al ministro de Finanzas Simón Zerpa, sancionados por Estados Unidos y prohibidos de negociar con ciudadanos estadounidenses.
Confían en Pekín y Moscú
Las agencias de riesgo Fitch, Standard and Poor’s y Moody’s han rebajado la calificación de la deuda venezolana con temor de que la potencia petrolera no pueda realizar sus pagos.
La economía de Venezuela ha sido devastada y sus reservas internacionales ascienden a solo 9,700 millones de dólares. En lo que resta de 2017 debe cancelar un mínimo de 1,470 millones de dólares y en 2018 sus obligaciones ascienden a 8,000 millones de dólares.
Venezuela sí tiene éxito al renegociar la deuda con sus aliados: China y Rusia. El Gobierno de Maduro dijo que las conversaciones con Pekín (le debe US$ 28,000 millones) “marchan perfecto” y Moscú reestructurará US$ 3,000 de los US$ 8,000 millones que debe Caracas.
Más complicaciones
La Unión Europea acordó este lunes medidas para bloquear la entrega de armas a Venezuela, además de equipos de vigilancia y material que podría ser usado para la “represión interna”.
El economista Luis Vicente León explicó a la agencia AFP que Maduro intenta que grandes inversionistas estadounidenses presionen a Donald Trump para que flexibilice las sanciones y se pueda renegociar la deuda.
El desplome de los precios del petróleo ocasionó que Maduro recorte drásticamente las importaciones para pagar la deuda, lo que ha provocado escasez de alimentos y medicinas.


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