Fueron tres los procesados que confesaron que el expresidente aprista fue parte importante en las negociaciones para la adjudicación de obras a empresas brasileñas.
Tres nuevos testimonios de exfuncionarios de empresas brasileñas vinculadas a los casos de corrupción de Lava Jato han señalado a Alan García como una pieza clave en los negocios de las constructoras con el Estado. José Dirceu, expremier del gobierno de Lula da Silva, José Antunes Sobrinho de la empresa Engevix y Gilberto Valentim, de Galvao Engenharia hicieron estas confesiones ante el juez Sergio Moro, según informó el portal Ojo Público.
Confesiones. Valentim dijo que se había reunido con el expresidente para solicitar apoyo del gobierno en una obra pactada para realizarse en Tumbes. "La reunión con el presidente Alan García fue un punto importante", contó.
El funcionario de Galvao, condenado a 31 años de cárcel, aseguró que el objetivo de la constructora era aprobar el proyecto durante el gobierno de García porque este conocía a profundidad los detalles y que para ello fue a pedir financiamiento del gobierno.
Más luces. Por otro lado, José Sobrinho, de Engevix dijo que se contactó con el exministro Dirceu para ampliar sus contactos y lograr contratos en megaproyectos. "Nosotros ya teníamos una serie de contratos pequeños de consultoría de ingeniería en Lima, pero el doctor Gerson (Almada), por su relación con el presidente Alan García, podría ayudarnos", confesó el testigo condenado a 31 años de cárcel.
Otra pieza clave fue el político Dirceu, quien dijo que él ayudó a escapar del país a García cuando ocurrió el autogolpe de Fujimori en 1992, y que desde ahí data su amistad con el exlíder aprista. "El presidente Alan García, cuando dejó el (primer) gobierno, tuvo una serie de problemas. Yo lo ayudé junto con el general Omar Torrijos, que fue presidente de Panamá, y el gobierno de Cuba, para que abandone el Perú".
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