LittleBigPlanet 2 y Tearaway son dos videojuegos geniales. El primero es un ingenioso plataformas, que invita a los jugadores no solo a jugar (valga la redundancia), sino también a crear tus propios niveles y compartirlos con la comunidad. En tanto, Tearaway es -de lejos- el mejor videojuego lanzado en la extinta PlayStation Vita: un título entretenido y enternecedor, que supo explotar todas las características de la portátil de Sony. Ambos títulos tienen algo en común: fueron desarrollados por Media Molecule.
Por ello, me interesaba sobremanera probar lo nuevo del estudio inglés: Dreams. Este título fue anunciado oficialmente en el E3 2015, pero lo cierto es que su desarrollo inició mucho antes.
La espera ha sido larga, pero por fin ya tenemos a Dreams en el mercado (se lanzó el pasado 14 de febrero). ¿Está a la altura de los anteriores proyectos de Media Molecule?, ¿será un sueño o una pesadilla para los usuarios? Los invito a leer mi análisis.
Lo bueno
Una de las primeras cosas que debemos hacer en Dreams es elegir el tipo de control: entre el sensor de movimientos del DualShock 4 (que es como Media Molecule ha concebido el juego), los análogos del joystick o los PlayStation Move.
Esta decisión es importante, ya que mucho de lo que podemos hacer se basa en la comodidad con la que controlamos todo. Particularmente, me sirvió mucho haber jugado Concrete Genie, ya que me acostumbré a utilizar el sensor de movimientos para mis creaciones. Digamos que mi periodo de adaptación fue poco traumático.
Tras ello, entramos en el Dreamiverso, un espacio creado por la gente de Media Molecule para que los jugadores interactúen con las creaciones de la comunidad, pero también un lugar donde nosotros podremos crear y compartir nuestros proyectos. Acá también podemos acceder a la campaña de Dreams, titulada El Sueño de Art.
Muy aparte de la gran historia que se cuenta, esta campaña sirve para familiarizarnos con los controles, pero también para desbloquear herramientas (en forma de coleccionables), que podremos utilizar en nuestras propias creaciones.
El Sueño de Art es una auténtica sorpresa a nivel narrativo, presentándonos la historia de un contrabajista que ha renunciado a su banda y que lucha con la presión de estar a la altura de las propias expectativas que ha creado. Art lidia con sus demonios a través de los juguetes de su infancia.
Esto permite dividir la campaña en tres partes: una suerte de realidad, en la que interactuamos con gente de la banda, en la que todo funciona como una aventura gráfica interactiva, en la que debemos elegir respuestas, tomar decisiones, etc.; y dos secciones de plataformas y aventuras, en las que los protagonistas son los juguetes de la infancia de Art.
Al final, estas secciones se conjugan para entregarnos un desenlace intenso y bastante satisfactorio.
Pese a que estamos ante una campaña bastante corta, que podemos acabar en poco más de tres horas, los valores de producción son elevados, con música muy bien elegida, con cinemáticas y mecánicas profundas; y todo doblado casi en su integridad al español latinoamericano.
El Dreamiverso ofrece también otras creaciones de Media Molecule, que nos muestran lo que se puede realizar con las herramientas que ofrece el juego. No solo juegos, sino videos, exhibiciones y experiencias interactivas que nos llevan literalmente a soñar con el mundo de posibilidades que tenemos con este videojuego.
A la par, tenemos la sección en la que accedemos a los trabajos de la comunidad, que no son pocos. Teniendo en cuenta que el juego pasó por un periodo de beta y un acceso anticipado, ya hay una cantidad considerable de proyectos para probar. Hay locuras como una versión de The Last of Us Part II con gráficos del primer PlayStation o una particular versión del remake de Final Fantasy VII, por mencionar un par de ejemplos de lo que nos podemos encontrar en el Dreamiverso.
La comunidad no solo participa compartiendo sus impresiones sobre los proyectos, sino también poniendo al servicio de los usuarios sus creaciones. Es una comunidad en constante crecimiento, con cientos de elementos que se van creando y que nos pueden servir para realizar nuestros propios trabajos.
Lo malo
La curva de dificultad del creador de niveles es elevada. Aprender las mecánicas básicas puede ser sencillo y, hasta cierto punto, intuitivo, pero lo complicado es dominarlas y lograr plasmar en pantalla las ideas que tenemos.
Es un auténtico trabajo de hormiga reservado para quienes son pacientes y dedicados en este tipo de proyectos. Por ejemplo, mi camarada Johann Aldazábal, mandamás de Gamecored, contó en Twitter que su esposa, diseñadora gráfica de profesión, empezó a jugar Dreams, y las creaciones fluían con una naturalidad asombrosa. Eso no pasó conmigo.
Esto se ve también reflejado en el Dreamiverso, donde hay muchas creaciones mediocres o inacabadas, tal vez dejadas a medias por usuarios que tiraron la toalla. No todos tienen la misma paciencia y dedicación, y eso es algo que puede provocar que Dreams no sea satisfactorio para todos.
Media Molecule debería contrarrestar esto poniendo a disposición de los jugadores más campañas bajo su firma, como El Sueño de Art, para darle a los usuarios no solo la oportunidad de jugar sino también para motivarlos en emular estos proyectos.
Cuando conversaba sobre Dreams con Enrique ‘Junior’ Martínez, de Parallax, planteó la idea de que Media Molecule haga su juego compatible con mouse y teclado, para facilitar su sistema de creación. No me parece mala idea -aunque no sé si sea viable-, así que hago eco de la recomendación de mi buen amigo.
Más que una falencia del juego, una omisión: no hay un modo compatible con el PlayStation VR. No pido incluir en Dreams herramientas para crear niveles de realidad virtual, lo cual no creo viable aún. Pero Media Molecule sí puede incluir modos para que los usuarios jueguen o vivan experiencias con los cascos de Sony.
Lo feo
Desierto. No encontré algo como para colocar en esta sección.
Conclusión: Reconozco el potencial de Dreams, pero admito que terminé algo frustrado por no lograr completar un proyecto digno de mis propias expectativas. Me fue mucho mejor jugando las creaciones de la comunidad, sorprendiéndome con proyectos ingeniosos y con un nivel de detalle altísimo. El Sueño de Art, pese a su corta duración, cuenta una gran historia, con matices bastante maduros, aparte de su jugabilidad variada. Dreams es una propuesta muy recomendable, pero ten en cuenta que el juego demanda del usuario mucho compromiso y paciencia para sacar adelante las creaciones (aunque también queda la posibilidad de solo disfrutar los proyectos de la comunidad).
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