Hablar de The House of the Dead es hablar de los queridos ‘pinballs’, aquellos negocios de máquinas arcades donde los niños y jóvenes -y los no tan jóvenes- íbamos a gastar nuestras propinas para poder disputar algunas partidas de alguno de los tantos videojuegos disponibles por aquellos años.
Los shooters on-rails tuvieron su auge a mediados de los años noventa, con varios títulos que sacaban el jugo de la potencia técnica de las máquinas arcades del momento. Además, sus cabinas eran de las que más llamaban la atención en los ‘pinballs’, ya que venían acondicionadas con las armas de rigor, para jugar con la mayor inmersión posible.
Títulos como Time Crisis, Jurassic Park, Virtua Cop o el que nos convoca en esta oportunidad, The House of the Dead; se ganaron a pulso una comunidad de fanáticos, que aún hoy recuerda con nostalgia aquellas buenas viejas épocas.
Más de un cuarto de siglo después de su estreno original, los polacos de MegaPixel Studio han traído de vuelta a The House of the Dead, este auténtico clásico de los videojuegos, que regresa con un remake que busca llevar a nuestras casas la experiencia de los años dorados de los ‘pinballs’. ¿Es una opción recomendable?, ¿vale la pena este videojuego? Sin más, acá los dejo con mi análisis.
Lo bueno
Me gustaría resaltar que The House of the Dead: Remake trae de vuelta no solo a un clásico de la industria de los videojuegos, sino también un género casi olvidado en la actualidad: los shooters on-rails. Hace mucho que no jugaba un título así, y eso desde ya es un punto que destacar.
Este remake ofrece una interesante cantidad de opciones, que lo hacen bastante rejugable. Para empezar, tenemos diversos caminos por seguir a lo largo de los cuatro capítulos que componen la campaña.
Los caminos se desbloquean dependiendo de las acciones que tomemos en batalla: por ejemplo, si rescatamos a un sobreviviente o si disparamos contra alguna estructura. Si bien estos caminos son solo pequeñas bifurcaciones con un mismo destino, estos tienen escondidos secretos y su propia dotación de enemigos.
Acá toca destacar la inclusión de armas secretas, que podremos desbloquear si es que cumplimos ciertos parámetros en el juego. Esto sin mencionar la posibilidad de jugar en cooperativo, ya sea cooperando o compitiendo por obtener el mejor puntaje.
Al terminar la campaña, podremos grabar el puntaje obtenido en un ranking personal: y siempre está el incentivo de mejorar nuestros registros.
The House of the Dead: Remake tiene un nivel de dificultad más que aceptable, con una cantidad limitada de continues. Lo interesante es que, si nos quedamos sin vidas, podemos canjear parte de nuestro puntaje (cinco mil puntos) por un crédito y así continuar la campaña.
La música original de The House of the Dead, compuesta por Tetsuya Kawauchi, no fue incluida en el remake, lo cual ya sería motivo suficiente para comentar este apartado en la siguiente sección del análisis; pero debo confesar que el nuevo soundtrack, basado en los temas del compositor nipón, me han gustado y mucho (tal vez sea por su coqueteo con el heavy metal que tanto me fascina).
Lo malo
A nivel argumental, The House of the Dead ya era un juego bastante flojo: los experimentos del doctor Roy Curien y el secuestro de la oficial Sophie Richards; llevaron a nuestros protagonistas, Thomas Rogan y al misterio agente G, a incursionar en la mansión del desquiciado científico, encontrando todo tipo de aberraciones. Nada ha cambiado con el remake.
Cabe mencionar que el juego tiene varios ‘finales’, dependiendo de las acciones que tomemos en la campaña. Puse finales entre comillas, porque no hablamos de cinemáticas extensas o algún texto revelador; sino de pequeños epílogos con ciertas diferencias.
Las voces del juego han sido regrabadas por nuevos actores. Acá sí tengo mis reparos: la decisión tomada por MegaPixel Studio fue mantener los diálogos baratos y poco coherentes del juego original. Sé que parte de la 'magia' de The House of the Dead está en eso, pero para tal caso yo particularmente hubiera preferido que se mantengan las voces originales y no regrabar las intervenciones con otros actores.
Para ser un remake, estamos ante un producto visualmente desfasado. Hablo de gráficos que bien podrían haber sido de vanguardia hace dos generaciones de consolas; pero que actualmente saben a añejo. Esto es evidente tanto en el diseño de enemigos como en las cortísimas cinemáticas que vemos a lo largo de la campaña.
A esto se le suman problemas de rendimiento, al menos en la versión de Nintendo Switch (que es la que probé para este análisis): bajones en la tasa de frames y un tiempo de carga algo extenso para lo poco que hay que procesar.
La campaña puede acabarse en menos de una hora. Si bien hay incentivos para rejugar, como los distintos 'finales’, los coleccionables y los secretos, se siente una falta de material extra como para justificar una inversión que ronda los 25 dólares.
Hay solo un modo extra, llamado Horda, que es en realidad la misma campaña, pero con el agregado de más zombis en algunas secciones. Esto me decepcionó sobremanera, ya que es una oportunidad desaprovechada de haber implementado un modo totalmente nuevo con sus propios retos.
Y tampoco hacía falta mucho esfuerzo para darle al usuario más modos de juego. Por ejemplo, hubiera sido genial incluir en el paquete la versión original de The House of the Dead, ya sea como una alternativa más en el menú o como un incentivo para quienes consiguen algún desafío, como ya ocurrió con el remake de MediEvil.
En pleno 2022, tener un modo cooperativo sin online ya es motivo de cuestionamiento. Esto ocurre lamentablemente con el remake de The House of the Dead.
El audio está mal ecualizado, con la música muchas veces opacada por los efectos de sonido.
Y ya que hablo de audio, me hubiera parecido muy llamativo localizar el juego al español. Son pocos actores y diálogos cortísimos, por lo que hablar de un doblaje a más idiomas no suena descabellado.
Lo feo
Sin duda lo que más lamento del remake de The House of the Dead es lo mal implementado que está el control y la precisión del apuntado, sobre todo cuando jugamos con el giroscopio del Pro Controller o con los Joy-con (en Nintendo Switch), lo cual en teoría nos debería dar una experiencia lo más parecida a la vivida en las viejas máquinas arcades. Sin embargo, por más que lo intenté calibrando los controles, no pude obtener una respuesta 100 % satisfactoria.
Mi recomendación para una mejor experiencia es jugar el remake con el control analógico; aunque evidentemente esto no sea la forma más adecuada de jugar este tipo de títulos.
Conclusión:
Lo admito: fue grato volver a jugar The House of the Dead, ya que me hizo rememorar mis años de escolar en los ‘pinballs’. Sin embargo, la experiencia no fue del todo satisfactoria por los problemas mencionados en el análisis, sobre todo con el control. Siento que se pudo hacer mucho más para celebrar los 25 años de esta saga, tal vez con una remasterización/remake de todos los títulos en un paquete de colección. Por ello, me es imposible recomendar este producto, al menos de salida. Tal vez sea una opción a tener en cuenta más adelante, cuando se atenúen sus deficiencias vía parches.
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