Ya van años que sigo la escena de eSports en el Perú de la mano del juego más popular y el que también yo jugaba mucho, Dota 2. Pero este fin de semana me desvestí de los prejuicios porque League of Legends llegó al Perú con la final de su campeonato sudamericano (CLS) y me sorprendió gratamente.“El Perú es dotero”, “no van a llenar el Dibós”. Sí yo también lo escuché y hasta lo pensé, pero el coliseo de San Borja estaba lleno con una multitud que pagó y disfrutó.En primer lugar, que Riot Games haya decidido hacer una final oficial de un campeonato oficial en el Perú es cosa grande y se mostró como tal. ¿El escenario? Brutal. ¿La multitud? También. Parece un review de un concierto y de cierta manera me sentí en uno donde conozco el género, pero no necesariamente a la banda aparte de los grandes hits.Pantallas gigantes, dos cabinas para jugadores, prensa de varios medios internacionales, transmisión en vivo para quienes no pudieron llegar y presentadores parados pero energéticos me volvieron hacer creer en los eSports en el Perú.No importó que no había representantes peruanos en la final y que los finalistas eran chilenos (aunque no debería, ese detalle puede perturbar algunos que tienen una curul en el Congreso). Cada jugada, cada gank, cada escape despertó a la multitud y a mí también.Este torneo, donde KLG ganó en una emocionante final de cinco partidas, puede ser lo mejor que le haya pasado a los eSports en el Perú. Te guste League of Legends o no, la barra ahora está alta y no importa el juego que sigas, deberías imponerte para que esta no baje.