Primero llegamos a la localidad de Cachora, donde contratamos un arriero y caballos que lleven el equipo pesado, como carpas, bolsas de dormir y la comida, aunque en todo el camino hay caseríos donde se ofrece desde lugar donde dormir hasta comida hecha ahí.
Una vez que contamos con los caballos y el arriero, pudimos continuar hacia Capuliyoq, lugar donde termina la carretera y empieza la verdadera aventura, cargamos las cosas en los caballos, nos pusimos las mochilas y empezamos la bajada.
La caminata empieza a unos 3,300 msnm, y debemos bajar hasta unos 2,300 msnm, a nivel del río Apurimac, es una bajada intensa, debemos tener en cuenta que son muy necesarios, primero , bloqueador solar, ya que el sol es fuerte, y sobre todo, repelente de insectos, los insectos no perdonan a nadie.
Aparte, bastante agua, el calor y el ejercicio intenso hacen que nos deshidratemos, por lo que el agua es básica.
Una vez que llegamos al puente subimos nuevamente hasta nuestro primer campamento, Santa Rosa, donde descansamos la primera noche, y recargamos energías.
Luego de una noche llena de sonidos de naturaleza y un cielo estrellado, seguimos el viaje, y seguimos camino arriba, el camino es bastante poco transitado, de cuando en cuando nos cruzamos con algunos turistas a pie y en caballo que hacen el mismo periplo que nosotros. El camino es bastante notorio, uno puede ir sin problemas sin un guía.
El camino nos lleva a Marampata, lugar muy hermoso a unos 3,000 msnm, donde hacemos el campamento base y desde donde vamos a Choquequirao para tener nuestro primer encuentro con esa maravilla Inca.
El camino por sí mismo es un deleite, pequeñas caídas de agua nos acompañan, así como mucha vegetación y flores, el calor, dependiendo de la época del año, puede ser muy fuerte, pero esas pequeñas caídas de agua y fuentes de agua lo pueden aliviar a uno, se nota el Camino Inca bien preservado y puesto en valor, y la importancia del sitio al que nos acercamos.
Luego de llegar al borde del complejo arqueológico, y poder tener un primer alcance de la imponencia del lugar y su majestuosidad, nos regresamos ya que la hora nos ganaba y se venía el anochecer.
Llegó el gran día del tour completo a Choquequirao. Te recomiendo un buen desayuno y el almuerzo para llevar, así pasar el mayor tiempo posible en el parque.
Sorprende la entrada al complejo. Es muy hermoso el trabajo en las terrazas, bastante amplias y altas, asimismo el trabajo en las piedras, un poco distintas a los bloques grandes a los que estamos acostumbrados. En este caso, parecen más lajas de piedra que grandes bloques los que dominan la arquitectura del complejo.
Luego uno llega a la plaza mayor, de donde podemos ir a los distintos lugares que separan el complejo, es un lugar neurálgico del sitio, y donde hay varias construcciones con hornacinas y hasta de dos niveles.
Tenemos lugares importantes, como el Ushnu, que domina la explanada principal y desde donde llegamos a los recintos religiosos.
Otra parte muy interesante y que es ciertamente enigmática, son las llamas que “suben” la montaña, y es que los ingenieros Incas, construyeron unas terrazas casi en vertical en la ladera de la montaña, y en las terrazas que usaron para contener la montaña, insertaron llamas, arrieros, y hasta una serpiente, las que destacan por haber sido hechas en piedra rica en cuarzo, que se diferencia notablemente del color oscuro del resto de piedras que componen este lado de Choquequirao.
Ese día fue espectacular y en verdad nos faltó tiempo para visitar la zona más baja del complejo, donde se encuentra una caída de agua y muchas terrazas muy lindas, espero volver pronto y poder conocer eso y dar la vuelta completa hasta Santa Teresa.
Los dejo con una foto del Willkamayu en la última noche en Marampata, al día siguiente retornamos a Capuliyoq y a Cusco.
Recuerda, es importante conocer lo nuestro, pero más importante es cuidarlo y protegerlo. Puedes ver más de mi trabajo en Facebook e Instagram.
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