Tambopata, en el departamento de Madre de Dios, es uno de los lugares más biodiversos del planeta, y, aunque amenazado cada vez más por la tala ilegal, y la minería artesanal a larga escala, sigue siendo un lugar maravilloso y lleno de vida.
Viaje corto pero lleno de paisajes únicos.
El viaje en avión es de aproximadamente media hora, siendo bastante corto, lo más increíble es el rápido cambio, de las montañas nevadas de más de 6,000 metros sobre el nivel del mar del Macizo del Apu Ausangate, a los 200 metros sobre nivel del mar aproximados de la reserva de Tambopata, es un cambio drástico de clima, de vegetación, de paisaje, y de animales.
Paseo en bote (peke peke)
Para llegar a la mayoría de “lodges” que se encuentran en la parte de la reserva, o la zona de amortiguamiento, se llega en “peke-pekes”, botes de 30 pasajeros que recorren los ríos y comunican todo este basto territorio, nuestro viaje duró un aproximado de 2 y media horas a contra corriente, hasta finalmente llegar a nuestro lodge, “Sachavacayoc Research Centre”.
Una parte un poco graciosa, es que, para abordar los botes, o “peke-pekes”, es necesario llegar hasta la comunidad nativa de “infierno”, es un poco gracioso y extraño darles la bienvenida a tus alumnos de preparatoria al lugar con un: “bienvenidos al infierno” (aunque no creo que a todos les haya resultado gracioso)
Lo mejor de nuestro viaje en bote fue divisar a un águila arpía perchada en lo alto de unos árboles a orillas del río, ver a majestuosa ave, capaz de levantar a un mono con sus inmensas garras, es sin dudas uno de los mejores momentos que tuve en ese viaje. Una foto ganadora y muy buscada, no por gusto cargo siempre el super tele foto.
Días de selva y diversidad.
El research centre tiene todo lo que se puede necesitar en medio de la tupida e inhóspita selva, agua para ducharse, un restaurante que nos servía todas las comidas y muy ricas, y muchas sendas por donde hacer caminatas diurnas y nocturnas, áreas para dar clases, pabellones para los alumnos y cabañas para los profesores.
Durante los 3 días que nos quedamos en el lodge, pudimos realizar distintos paseos, a pie de día y de noche, y en bote por los alrededores de nuestra locación, en búsqueda de insectos y reptiles, aves, mariposas y cualquier cosa que tuviera vida, que para ser sincero, abundaba en todo lado, nada más tener un poco de paciencia y sensibilidad para ver todo un mundo desbordante de vida.
Si te gusta la fotografía y piensas ir a la selva a tomar fotos, deber tener en cuenta que la humedad es muy fuerte, y debemos estar preparados para ello, entonces no podemos olvidar paquetes de silica gel, o algún elemento que absorba la humedad lejos de tus aparatos electrónicos en general, mejor si tienes bolsas secas. Solo así te asegurarás de no regresar a casa más que con recuerdos y equipo dañado.
Una cosa positiva de tanta humedad, es que hay muchas variedades de hongos, así que, si te gustan esos pequeños detalles en las cosas pequeñas y muchas veces no notadas, acá encontrarás mucho que hacer.
Otra de las cosas que me impresionó bastante fueron las mariposas que encontramos en las orillas del río y especialmente donde se acumulan los minerales. Verlas volar es maravilloso.
Sin dudas uno de mis lugares favoritos, nuestro Perú es increíble y lo tiene casi todo, nada más queda en nosotros proteger todo esto y asegurar que futuras generaciones también disfruten de todo lo que la naturaleza puede crear, cuidemos nuestro planeta.
Tras este paseo por Tambopata los invito a seguirme en Facebook e Instagram.
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