Tener paciencia, madurez y tolerancia para reaccionar ante alguna provocación, son algunas de las recomendaciones que hacen los expertos.
Nadie quisiera toparse con personas difíciles. Evitar al vecino intolerante, al conductor neurótico o a la cajera apática del supermercado, es algo que cualquier persona buscaría hacer. El problema surge, sin embargo, cuando cuando se debe tratar a diario con ese individuo, cumpliendo objetivos, pero también estrictos mandatos.
Se trata del jefe difícil, aquella especie de ogro que nadie quisiera tener como superior, pero que inevitablemente puede aparecer más de una vez en la vida profesional. Según los expertos, este tipo de persona se caracteriza por tener mal carácter, ser irritable, intolerante e inflexible. El jefe complicado nunca se muestra conforme con el alcance de los objetivos, ni se preocupa por crear un ambiente idóneo para que sus trabajadores puedan desenvolverse con todo su potencial.
Sigue estos consejos si quieres aprender a lidiar con este tipo de jefe:
Habla con él. Si estás luchando para lograr una buena relación, no debes quedarte callado. Habla con él sobre los problemas que tienes de una manera tranquila, respetuosa y profesional con el fin trabajar en conjunto para resolverlos. Por supuesto, el tipo de relación que tienes y el tipo de persona que es tu jefe puede afectar tu forma de abordar la conversación. Pero en general, decir algo para tratar de mejorar la relación es mejor que molestarse y frustrarse.
Trabaja con tu jefe, no contra él. Aunque podría sentirse bien hacer quedar mal a tu jefe o hacer que parezca tonto o incompetente, a largo plazo es mucho mejor ayudarle a mejorar y a alcanzar metas favorables para ti y la compañía. Si pasas tu tiempo haciendo que tu jefe parezca incompetente en las reuniones, solo envenenarás tu relación y el ambiente laboral. En vez de empeorar las cosas, trata de ayudarle a alcanzar metas.
No hables mal de tu jefe con tus compañeros de trabajo. Decir cosas negativas sobre tu jefe solo te meterá en problemas. Aunque puedes verte tentado a criticar su estilo de gestión, debes reservarte tus sentimientos negativos para ti mismo. Hacer que tus compañeros se unan a ti para quejarse no desaparecerá el problema y si la persona equivocada se entera de lo que estás diciendo, ello puede llegar a oídos de tu jefe de una forma muy desagradable.
Busca otro mentor en la compañía. Tu jefe no debe ser lo más importante para ti cuando estés en el trabajo. Si quieres permanecer ahí, pero sabes que tienes una relación complicada con tu jefe, lo mejor es tratar de buscar a alguien más en la compañía con quien sea agradable trabajar y tenga mucho para enseñarte, de modo que puedas enfocarte en relaciones positivas.
Considera si vale la pena o no dejar el empleo. Si la situación con tu jefe ha empeorado al punto que la única salida que ves es renunciar a tu empleo, debes reflexionar bien para averiguar cuál es lo correcto. Si tu situación laboral está afectando tu salud, autoestima y tu bienestar general y no hay forma de obtener una transferencia o mejorar la situación, podría ser hora de renunciar.
Comparte esta noticia