Las AFP ofrecen hasta tres opciones de fondos en los que se cotizará el dinero de tus aportes para conseguir una mayor rentabilidad para tu pensión.
Los fondos son las alternativas que tienen las AFP para invertir tu dinero con el fin de generar la mayor rentabilidad que asegure tu futura pensión. Cuanto más dinero tengas en tu fondo, mayor será tu pensión. Por ello, es importante que no dejes de hacer tus aportes, aunque si dejas de hacerlo por un período tienes la garantía de que estos no se pierden.
Tu fondo, que es el resultado de tus aportes y la rentabilidad generada por tu AFP, se registra en una cuenta a tu nombre, por lo que todo el dinero que aportes más la rentabilidad que obtenga es solo tuyo. Si falleces antes de jubilarte, tus beneficiarios tendrán una pensión de sobrevivencia o tus herederos accederán a una herencia.
Según la Asociación de AFP existen tres tipos de fondo en el que puedes invertir tus aportes:
Fondo de Protección de Capital. No se encuentra activo, está pendiente su reglamentación por parte de la SBS.
Fondo Conservador. De Crecimiento estable o conservador. Las inversiones que se hacen son de bajo riesgo, por lo que tiende a ofrecer retornos moderados. Es ideal para los afiliados próximos a jubilarse o que tienen un perfil de riesgo conservador.
Fondo Balanceado o Mixto. De crecimiento moderado y de riesgo medio. Este fondo presenta un mayor equilibrio entre rentabilidad y riesgo. Obtiene retornos moderados para los afiliados entre 45 y 60 años o aquellos que están dispuestos a asumir mayor nivel de riesgo que la primera opción.
Fondo de Apreciación de Capital. De alto crecimiento y alto riesgo. Este es un fondo orientado al largo plazo, alterna períodos de poco crecimiento y de gran crecimiento. Logra altos retornos para los afiliados jóvenes cuyo horizonte de retiro es lejano o aquellos dispuestos a asumir mayores fluctuaciones en la rentabilidad pensando en el largo plazo.
Para decidir por cuál fondo debes optar debes tener en cuenta la edad, ya que si estás lejos del retiro puedes asumir riesgos, pero si estás cercano a la jubilación es mejor un fondo de crecimiento estable y baja volatilidad. Otros factores son el nivel de tolerancia que tengas al riesgo, el nivel de dependencia de tu pensión porque si se trata de tu único ingreso es conveniente no asumir riesgos, así como las circunstancias personales ya que el estado conyugal, el número de hijos y las condiciones de salud implicarán gastos fijos que atender después de la jubilación.
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