Dar el salto de empleado a empleador no es tarea fácil, supone tomar riesgos y aventurarse a ser parte del mercado competitivo en el que vivimos. Conoce los pasos que deberás tomar en cuenta.
Dentro de las ventajas más evidentes de constituir tu propia empresa está, sin duda, convertirte en tu propio jefe, además de poder administrar tus tiempos. Sin embargo, tomar esta decisión supone asumir un grado mayor de responsabilidad.
Es importante tener claro que no basta con tener una buena idea para asegurar el éxito de un negocio. Emprender supone haber realizado una investigación previa del producto y la competencia, así como de elaborar un plan de negocio detallado que te permita enfrentar los desafíos de un mercado tan cambiante como en el que vivimos hoy en día.
Decídete a emprender. Este punto es clave para iniciar el proceso de construcción de un negocio propio. Es importante tener una motivación clara, ya sea que se trate de necesidad de dinero o deseo de superación personal, el estar motivado te ayudará a seguir adelante pese a las complicaciones que se presenten durante el proceso.
Genera una idea de negocio. Lo importante es elegir un negocio relacionado con tu pasión, ya que la idea de hacer tu propio negocio es además, disfrutar de tu trabajo. La única manera de sacar adelante a tu empresa es teniendo la motivación suficiente. Si aún no tienes una idea clara del rubro en el que quieres especializarte, puedes considerar encontrar una necesidad insatisfecha.
Define y analiza a tu público objetivo. Al iniciar un negocio es necesario conocer a profundidad el público objetivo al cual te vas a dirigir. Luego de determinarlo, es indispensable realizar un análisis detallado de su comportamiento y diseñar el producto que mejor se adapte a sus necesidades.
Analiza a tu competencia. Conocer a tus futuros competidores te dará ventaja y te facilitará formular estrategias adecuadas para competir con ellos de la mejor manera. Es importante también analizar y entender sus estrategias, sus políticas de precios, los recursos que ofrecen, así como sus fortalezas y debilidades.
Elabora un plan de negocios. En este paso podrás comprobar si tu negocio es rentable, ya que primero debes elaborar un plan de marketing, es decir, las estrategias que vas a aplicar una vez puesto en marcha tu proyecto; así como un plan de operaciones, en donde debes establecer los requerimientos físicos necesarios para el funcionamiento de tu empresa, entre otros.
Busca financiamiento. Poner en marcha un negocio requiere de dinero, por eso, es importante conocer cuáles son tus fuentes de financiamiento. Una primera opción es pedir un préstamo a familiares y amigos, ya que ellos no te cobrarán intereses, ni tampoco te pondrán tanta presión para devolverles el dinero rápidamente. Otra forma de solicitar un préstamo es por medio de las entidades financieras orientadas a las pymes, las cuales llegan a ser más accesibles que los bancos, pero con la desventaja de que te cobran más intereses. También puedes considerar apoyarte en inversionistas, que podrían financiar el total o parte de tu idea de negocio, pero con la desventaja de tener que pagarles un porcentaje de tus utilidades toda la vida. Evalúa con calma estas opciones y escoge la que más conveniente, pensando siempre en el beneficio de tu negocio y en tu tranquilidad emocional.
Constitúyete legalmente. Para que tu negocio sea legalmente reconocido y pueda calificar como sujeto de crédito, es necesario definir si lo vas a constituir como persona natural o jurídica, además de elegir el tipo de empresa o sociedad que tendrá. El siguiente paso, y quizás uno de los más divertidos, es la creación del nombre. Luego de eso, deberás inscribirlo en registros públicos y registrar la marca, para luego elaborar la minuta de constitución. Finalmente, deberás escoger el régimen tributario al cual te vas a acoger para el pago de impuestos, y tramitar la obtención de tu código de contribuyente. Se recomienda conseguir asesoría para el proceso.
¡Arranca! Este es el momento de lanzarte a la aventura. Los primeros meses serán los más complicados, habrá estrategias que modificar y deberás ser flexible al respecto. Además, deberás estar atento al comportamiento del mercado, adaptarte a sus necesidades y estar siempre abierto al cambio. No te rindas a la primera dificultad, encuentra tu lugar en el mercado y una vez logres consolidarte, comienza a crecer.
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