Nuestro paso por el mundo deja una huella y el entorno digital no está exento de ello.
El dispositivo móvil es nuestra nueva huella digital. Nuestros dispositivos móviles son mucho más que sofisticados dispositivos tecnológicos. Son casi una extensión de nuestro cuerpo. La movilidad de las comunicaciones ha cambiado nuestra forma de relacionarnos, de conocer, de participar, de expresar y, por supuesto, nuestras pautas y hábitos de consumo.
Internet móvil. Un estudio de comScoree IMS Mobile sobre el uso del móvil señala que 9 de cada 10 latinoamericanos con acceso a internet utilizan un dispositivo móvil (teléfono o tableta) de forma regular, y el 99% tiene aplicaciones descargadas en ellos. El mismo estudio indica que un 22% de los usuarios móviles en Latam pasa más de 20 horas semanales utilizando Internet a través de su smartphone. Así lo señala, Antoni Gutiérrez-Rubí, Asesor de comunicación y consultor político.

¿Cuál es la relevancia de ello? Que nuestro paso por el mundo se ve registrado en el uso de ese dispositivo móvil y de las aplicaciones que en él usamos. La prestigiosa revista científica Nature publicó un estudio en que se muestra que así como cada individuo tiene sus propias huellas, nuestra movilidad también es única.
Cuatro puntos. Al analizar 15 meses de datos de teléfonos móviles de un millón y medio de personas, los investigadores encontraron que sólo serían necesarios cuatro puntos espacio-temporales (basándose en el lugar y el momento de uso aproximado del móvil) para identificar el trazo de movilidad único del 95% de los individuos.
Patrones con consumo. Nuestro rastro de movilidad se ha convertido en nuestro espejo. Según el estudio “Social and Location Effects in Mobile Advertising” de la Columbia Business School, los hábitos de movilidad y los de consumo suelen estar relacionados. Los consumidores que frecuentan determinados lugares suelen tener preferencias y hasta patrones de compra comunes.