Aunque los niños usan los teléfonos celulares con mayor destreza que sus padres, lo cierto es que esto conlleva riesgos si se les permite usarlos a una corta edad.
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que un niño no vea ninguna pantalla hasta después de los dos años de edad. Esos primeros años de vida son fundamentales para que aprenda a enfocar su atención y dominar su concentración. De prestarle atención al juguete más luminoso y musical se interesará por objetos que no se mueven, como un peluche, y a disfrutar los cuentos. Cuando llegue el momento de ir al colegio, no será problema estudiar o escuchar a un profesor que no le resulte tan interesante.
El proceso evolutivo de su cerebro sufre tropiezos cuando los padres deciden recurrir a un dispositivo digital, en especial un teléfono celular, para calmarlo o distraerlo. Las imágenes, sonidos y movimientos que se ven en pantalla, no desafían al niño. Por ello, su nivel de concentración se retrasa y su capacidad de tolerar la frustración es mínima.
Después de los dos años de edad se puede permitir que un niño use un teléfono celular pero siempre con moderación y bajo supervisión de sus padres. Esto no significa que debe tener uno propio. La mayoría de los padres deciden entregar estos dispositivos cuando sus hijos están entre los 8 años y los 12 años. Suelen hacerlo para mantenerlos conectados y velar por su seguridad.
Sin embargo, los celulares también pueden ser perjudiciales para los niños. Pueden tener acceso a contenido inadecuado o hacerlos víctimas de bullying, ciberacoso o pornografía infantil. Por ello, aunque sean mayores de 8 años, se requiere la guía de los padres. Los adultos son los llamados a establecer las normas sobre el uso de internet, redes sociales y celulares, según la edad de cada niño.
Asimismo, los padres deben hablar con sus hijos sobre las consecuencias de publicar o reenviar contenido inapropiado a través de plataformas digitales. También deben activar controles parentales que ayuden a bloquear contenido que pueda ser perjudicial. Hay diversas apps de monitoreo de celulares para niños como Find my friends, Zoodles, MamaBear y Kids Place. Estas dan información sobre la ubicación geográfica del menor o generan reportes de las actividades que el niño realiza en el celular. Incluso hasta evitan que los niños naveguen en páginas con contenido inapropiado para su edad.
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