La anemia infantil afecta al 43.6% de los niños en el Perú, entre los 6 a 35 meses, según datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar. ENDES 2016
Las cifras de la anemia en el Perú siguen generando preocupación. Tan solo en Lima son más de 149 mil niños, menores de tres años, con anemia. Lo que representa el 35.5% total de la anemia a nivel nacional, en niños y niñas en este rango de edad, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2016.
Entre las cinco regiones con mayor porcentaje de niños, menores de tres años, que padecen de esta enfermedad, se encuentra: Puno (76%), Loreto (55.6%), Ucayali (59.1%), Junín (53.9%) y Cusco (53.1%). (Endes) 2016.
Un mal silencioso. La anemia, considerada como un problema grave de salud pública en el Perú, se produce por la baja concentración de hemoglobina en la sangre. En otros casos, se produce por inadecuados cuidados durante la gestación, el poco consumo de alimentos de origen animal ricos en hierro y el inadecuado consumo de suplementos de hierro.
Esta enfermedad está relacionada al deficiente desarrollo del cerebro que tendrá como consecuencia un bajo rendimiento en el aprendizaje en la escuela. La anemia, no solo limita la actividad física, social y emocional del pequeño, sino que afecta su capacidad de aprendizaje y retención de memoria.
En el caso que la anemia sea leve o moderada, el niño puede presentar cansancio, debilidad muscular, falta de energía y somnolencia. El mayor riesgo ocurre cuando el nivel de anemia es severo. En ese caso, el menor puede presentar dolores de cabeza, mareos, cansancio, irritabilidad y poca resistencia al frío. No solo afecta su estado anímico, sino que es posible que se observe un retardo en su crecimiento y desarrollo psicomotor, afectando su relación con otros niños y su desempeño en la escuela.
¿Cómo tratar la anemia infantil?
Es importante reconocer que la anemia se inicia durante la gestación. Por lo tanto, la buena alimentación debe empezar desde el momento que la futura madre descubre que está embarazada. Lo primero que se debe hacer es determinar una dieta equilibrada, consumir alimentos de origen animal ricos en hierro todos los días y tomar los suplementos de hierro que ofrecen gratuitamente en el establecimiento de salud.
El niño debe tener lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los seis meses. A partir de esa edad, debe consumir todos los días ciertos alimentos de origen animal ricos en hierro, como por ejemplo: carnes rojas, hígado, pescado, sangrecita. Además, es importante que el niño reciba su suplemento de hierro a partir de los 4 meses, en forma preventiva.
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