Las pesadillas no pueden evitarse, pero tranquilizar a un niño cuando se despierta por un mal sueño ayuda a que comprenda que no es algo real.
Entre los tres y los seis años, los niños pueden tener sueños que los hacen despertar súbitamente. Suelen ser un reflejo de las vivencias del día, así como impulsos, emociones agresivas o temores que se procesan a través de los sueños. Pasados los 6 años, ellos entenderán que solo se trata de sueños, mientras tanto necesitan que los padres los tranquilicen y les digan que no son reales.
El portal ‘Bebés y más’ recomiendan que cuando un niño se despierte en mitad de la noche, asustado y llorando hay que consolarlo, pedirle que nos hable de su sueño y quedarse a su lado hasta que se calme.
Las pesadillas no pueden evitarse, pero los padres pueden contribuir a que sus hijos tengan un sueño apacible. Si se calma a un niño cuando se despierta por una pesadilla, se le ayudará que recupere en seguida su tranquilidad. Esto contribuirá a que aprendan a enfrentar a cualquier otra circunstancia que pueda causarles miedo más adelante en su vida.

También hay otros aspectos que facilitan que el niño duerma tranquilo y sin sobresaltos:
- Hacer que duerma en su propia habitación a temprana edad, pero nunca antes de los cuatro meses de edad para evitar el síndrome de muerte súbita. Este consiste en la muerte de un recién nacido por atragantamiento por vómito.
- No se debe permitir el uso de la televisión y/o tablets horas antes de ir a la cama.
- Es necesario que en la habitación haya silencio y que estén apagados los aparatos que podrían interrumpir el sueño.
- Al menos uno de los padres debe acompañarlo a que concilie el sueño, leyéndoles un cuento o charlando sobre un tema que los relaje.
- Se puede crear un ambiente placentero para que el niño no se resista a ir a la cama. Música relajante o sonidos suaves de la naturaleza, como el correr del agua, lo ayudarán a tranquilizarse.
- No acudas rápidamente al cuarto del niño si es que oyes algún quejido. Aprende a distinguir un verdadero llanto de las quejas que todos, incluyendo los niños bien dormidos, solemos hacer.
- No hagas que tu niño realice actividades enérgicas poco antes de ir a dormir, como correr, bailar o jugar intensamente, con la idea de que así se cansará y conciliará el sueño pronto. Lo único que harás es activarlo. Una mejor idea es darle un baño tibio una hora antes de llevarlo a la cama.

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