Keli Zevallos habla quechua y también lenguas amazónicas, lo que le ha permitido convertirse en una servidora pública para diferentes comunidades de nuestro país.
Su nombre es Keli Zevallos y es maestra intercultural de educación inicial. Nació en Llata, en la capital folclórica de Huánuco, cuando su ciudad era abatida por la pobreza extrema. Sin embargo, fue gracias a su luchadora madre que pudo desarrollar su vocación como maestra hasta lograr un título profesional. Actualmente se desempeña como técnica del Servicio de Acompañamiento a Familias (SAF) de Cuna Más en Ucayali.
Sus cualidades como gran observadora y conocedora de la riqueza de pueblos amazónicos y andinos le han permitido vivir la experiencia de trabajar en diversos ámbitos. Por ejemplo, junto a facilitadores de un programa enfocado en educar a mamás y papás en situación de pobreza a lo largo de nuestro país.
A cinco horas de la capital de Ucayali, se ubica un pueblo originario amazónico llamado Kakataibo. Es ahí donde Keli Zevallos asiste técnicamente en campo a facilitadoras y voluntarios para promover el crecimiento saludable de los niños y niñas nacidas en esta comunidad.
En programas sociales como Cuna Más, se trabaja para mejorar el desarrollo infantil de niñas y niños menores de tres años, a través de la atención en los aspectos de salud, nutrición y juego. En el caso del acompañamiento, labor que realiza Keli, visita semanalmente los hogares de familias con madres gestantes y niñas y niños menores de 36 meses para orientarlos sobre la importancia del cuidado en esta etapa del crecimiento.
No tiene horario fijo y se traslada constantemente por varias comunidades de la Amazonía junto a otros servidores públicos de campo, realizando reuniones y diseñando estrategias orientadas a las madres y padres de familia. Es gracias a este valioso trabajo de Keli y su equipo en Ucayali, que el SAF ha llegado a 258 menores de tres años, provenientes de 70 familias.
Keli se formó para trabajar con los niños de comunidades nativas, lo que, a diferencia de otros servidores públicos, le permite respetar la diversidad cultural. De esta manera, educa desde el entendimiento del derecho al territorio indígena, el liderazgo de los Apus y el empoderamiento de las mujeres.
“Son de comunidades nativas de zonas de pobreza y pobreza extrema que reciben un servicio de calidad. Tenemos como aliados a los integrantes de los comités de gestión y consejos de fiscalización que lo aseguran”, comenta la educadora.
Según el Ministerio de Cultura, en Ucayali viven 20 pueblos indígenas u originarios, donde Keli desea impulsar un plan de expansión del programa. “Trabajamos juntos para que el servicio sea una ventana de oportunidades para la niñez de nuestros pueblos originarios”, agrega con orgullo y asegura que fue formada para servir e imaginar un mejor futuro para los niños y niñas del Perú.
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