La escotilla que unía a la nave Progress 90 ha sido cerrada para evitar cualquier contaminación al resto de la estación.
Un inquietante episodio se registró en la Estación Espacial Internacional (ISS) cuando los astronautas detectaron un fuerte y desagradable olor proveniente de la nave de carga rusa Progress 90, recién acoplada al módulo Poisk.
La nave, que transportaba aproximadamente tres toneladas de suministros, alimentos y combustible para la tripulación de la Expedición 72, llegó a la estación el sábado 23 de noviembre en la mañana. Sin embargo, al abrir la escotilla, los cosmonautas notaron no solo un olor nocivo sino también la presencia de gotas, lo que llevó a la inmediata activación de protocolos de emergencia.
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Como medida preventiva, la tripulación cerró la escotilla que conecta la Progress 90 con el resto de la estación y activó los sistemas de purificación de aire. Los cosmonautas rusos, equipados con material de protección, pusieron en marcha el sistema de limpieza atmosférica en el módulo ruso, mientras que la sección estadounidense activó su propio sistema de purificación.
NASA confirma el incidente
La NASA confirmó el incidente a través de su cuenta en X, pero aseguró que "no hay preocupaciones para la tripulación" y que los niveles de calidad del aire han vuelto a la normalidad. Sin embargo, este evento se suma a una serie de problemas técnicos que han afectado a los componentes rusos de la ISS en los últimos años, incluyendo fugas de aire y pérdidas de refrigerante.
El incidente ocurre en un momento de tensas relaciones entre la NASA y Roscosmos, y mientras la estación espacial muestra signos de deterioro tras más de dos décadas en órbita. La Progress 90 permanecerá acoplada a la ISS durante aproximadamente seis meses antes de su programado reingreso y destrucción en la atmósfera terrestre.
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