Las ráfagas rápidas de radio pueden recorrer el espacio, son emitidas por milisegundos y luego desaparecen sin dejar rastro.
(Agencia N+1 / Hans Huerto) Por primera vez, la ciencia ha podido rastrear el origen de brotes de ráfagas rápidas de radio (FRBs por sus siglas en inglés). Aunque aún no está claro lo que causa estas breves emisiones de ondas de radio en el espacio, estudiar su origen puede echar nuevas luces al respecto.
La importancia del descubrimiento radica en la naturaleza elusiva de las FRB, poderosas señales de radio que recorren intermitentemente el espacio desde un punto lejano y que son emitidas durante milisegundos, para luego desaparecer sin dejar rastro. Su origen, atribuido a veces a agujeros negros y a otros fenómenos cósmicos, es en realidad incierto. Las FRBs son detectables por radiotelescopios, pero estos solo cubren un área reducida en el horizonte por lo que —dada la brevedad con que se dan estas ondas— solo 18 de estas han sido captadas por la ciencia. La FRB 121102 es la única señal de las 18 que se repite constantemente.
Ello ha permitido a un grupo de astrónomos, encabezado por Shami Chatterjee de la Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York, emplear un conjunto de radiotelescopios para determinar el curso de las ondas. Chatterjee, que presentó hoy los resultados de la investigación en una reunión de la Sociedad Astronómica Americana en Texas y en la revista Nature, señaló que para ubicar el origen de la FRB 121102 emplearon el Very Large Array de Karl G. Jansky, un grupo de 27 radiotelescopios en Nuevo México, y la red europea VLBI de 21 telescopios.
El origen. Después de observar nueve emisiones de esta onda, se pudo ubicar el origen con una precisión 100,000 veces mayor que en intentos anteriores hechos con telescopios individualmente. La señal, se halló, es emitida desde un punto perdido en una galaxia enana. Su tamaño es de alrededor de una décima parte del diámetro de la Vía Láctea, y aunque su brillo es débil aún en ella se siguen formando estrellas, a más de 2,500 millones de años luz de distancia.
Una de las teorías que explican lo que causa las emisiones, ya no su ubicación, es que serían los restos de una supernova siendo energizada por una estrella de neutrones joven, que gira rápidamente, los que vendrían generando estas ondas. Esta hipótesis se ajusta a la galaxia donde fue hallada la FRB, al ser de un brillo sorprendentemente débil, que produce las supernovas más brillantes. Chatterjee señala que la prioridad de su equipo ahora es encontrar un FRB más que se repita, a fin de probar que características en común comparten, para, a partir de ahí, determinar aun más su naturaleza.
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