El tiempo de rotación de la Tierra aumenta 1,8 milisegundos cada 100 años.
(N + 1 / Beatriz de Vera). La Tierra tarda unas 24 hora (la cifra real es inexacta) en rotar sobre sí misma. Es decir, en completar un día.
Pero eso no ha sido siempre así: se estima que hace miles de millones de años, una jornada terrestre comenzaba y terminaba en un plazo de solo dos o tres horas. Son los tirones gravitacionales del Sol y la Luna los que ayudaron a hacer más lenta su rotación.
Otros factores
Los efectos de la gravedad no son los únicos factores que pueden influir en este proceso. Investigaciones previas descubrieron que existe muchas razones que pueden acelerar o ralentizar la velocidad con la que gira la Tierra.
Por ejemplo, el aumento del nivel del mar debido a la fusión de los glaciares puede desplazar el eje de la Tierra, lo que aumenta su velocidad de giro.
Un estudio publicado en Astrobiology, afirma que la presencia de vida también puede influir en la velocidad con la que gira un planeta, debido a la liberación a la atmósfera de gases como el oxígeno.
La temperatura también influye
La atracción de las estrellas o lunas en las atmósferas de los planetas suele afectar en menor medida. Sin embargo, a veces la velocidad a la que la estrella calienta la atmósfera de un planeta puede reforzar la velocidad a la que vibra la atmósfera.
La cantidad de calentamiento o enfriamiento en la atmósfera de un planeta también puede influir en la duración del día del planeta.
"Cuando una estrella calienta la Tierra, la atmósfera responde alterando su presión: el aire caliente la expande, el frío la contrae. Así, en pocas palabras, termina moviendo la masa en la atmósfera a diario en escalas realmente grandes, lo que significa que esa masa en la atmósfera ya no está extendida uniformemente por todo el planeta y eso da lugar a una especie de llave inglesa grande, para las fuerzas gravitatorias de la estrella o las lunas cargas de la atmósfera", explica Scharf.
La vida puede influir en la química atmosférica al emitir gases como el oxígeno. Estos gases pueden afectar la forma en que las atmósferas se calientan y enfrían, y según los cálculos del científico, esto puede tener un impacto en la velocidad de rotación de un planeta.
Comparte esta noticia