El objetivo del mayor radiotelescopio del mundo, llamado FAST, es buscar el origen y la evolución del universo.
(Agencia N+1/Beatriz de Vera). Ha pasado algo más de un año desde que se finalizó el telescopio esférico de 500 metros de apertura de China (FAST, por las siglas en inglés de Five-hundred-meter Aperture Spherical radio Telescope), y tan rápido como preveía su acrónimo, acaba de hacer su primer descubrimiento confirmado: un par de pulsares a miles de años luz de distancia, lo que vaticina grandes descubrimientos al recién llegado.
Según un comunicado de la Academia china de las Ciencias, las estrellas, llamadas PSR J1859-01 y PSR J1931-01, fueron detectadas por el telescopio en agosto, pero han pasado unos meses hasta que el telescopio Parkes en Australia pudiera confirmarlas. Ambos objetos son densos y giran rápidamente rodeadas por campos magnéticos fuertes que canalizan la radiación electromagnética en un haz que describe un círculo con cada rotación, como un faro cósmico.
Las capacidades del telescopio FAST. Lo cierto es que, más allá de ser el bautizo en los descubrimientos de esta tecnología china, el par descubierto por FAST - también llamado FP1 y FP2 - no destaca en términos de tamaño, velocidad o distancia, pero los científicos se muestran optimistas y confían en que a FAST, siendo el mayor telescopio de radio de un solo plato del mundo, le esperan descubrimientos impresionantes por venir.
El plato se encuentra dentro de un gigantesco valle en la provincia de Guizhou, suroeste de China, donde la caliza se ha disuelto para dejar una depresión masiva. Este hueco en medio de las colinas circundantes proporciona un refugio natural de las ondas de radio más terrenales, dando a FAST un lugar tranquilo para mirar a los cielos. La instalación de 185 millones de dólares fue construida para recolectar ondas de radio emitidas en lejanos rincones del espacio profundo, permitiendo a los investigadores recoger rastros débiles de radiación de antiguas nubes de gas hidrógeno, agujeros negros distantes o púlsares.
Un nueva potencia espacial. Y para esto, el diámetro del plato es crucial: uno más grande puede recoger más ondas de radio, lo que significa detectar señales más débiles. 4.450 paneles dan al plato un área de recolección de 196.000 metros cuadrados, lo que duplica con creces la cobertura del Observatorio de Arecibo, de 305 metros y ubicado en Puerto Rico. La máquina también podría tener un uso más doméstico: rastrear a las naves espaciales que viajan a Marte como parte del creciente programa espacial de China. A principios de este año, la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China anunció que llevaría a cabo un registro de 30 lanzamientos en el espacio este año.
Ya a finales del año pasado, la república lanzó el primer cohete de carga pesada de su historia, el Larga Marcha-5, hito considerado el más grande de todos los avances espaciales del gigante asiático. Dicho lanzador empata la capacidad del imponente Delta-4 Heavy estadounidense, que puede enviar hasta 25 toneladas a la órbita baja de la Tierra. La misión pone al país presidido por Xi Jinping en una posición inmejorable en la carrera espacial y es una muestra más de cómo China es “con pleno derecho, la nueva gran potencia de la exploración espacial”, según el astrofísico Antonio Eff-Darwich. Lee aquí la entrevista que concedió a N + 1, en la que analiza alcances y potencialidades del país asiático.
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