En 1963, la gata fue seleccionada por el programa espacial francés. Félicette se convirtió en el primer y único felino en viajar al espacio.
(Agencia N+1/ Beatriz de Vera). El verdadero gato del espacio no se llama Doraemon, sino Félicette. Si hace unos días reivindicábamos la figura de la perra Laika, el primer ser vivo en llegar al espacio, hoy nos hacemos eco de una campaña de Kickstarter que pretende que no olvidemos a esta otra cosmonauta, que también ayudó a allanar el camino para que los humanos viajasen al espacio, y además, salió viva del experimento.
El 18 de octubre de 1963, la gata fue uno de los 14 felinos seleccionados por el programa espacial francés para someterse a un entrenamiento de vuelo espacial y viajó en el cohete francés Véronique AG1 y voló cerca de 157 kilómetros sobre la Tierra, donde experimentó brevemente la ingravidez. Se convirtió así en el primer y único felino en viajar al espacio. Quince minutos más tarde, regresó a la Tierra de forma segura, lanzándose en paracaídas en su pequeña cápsula espacial, sana y salva.
Propuesta. Sin embargo, la hazaña de Félicette ha quedado en el olvido, su legado ha sido eclipsado por muchos perros, monos y chimpancés que volaron al espacio en la década de 1960, y los impulsores del proyecto en Kickstarter consideran que "merece un memorial apropiado. El primer chimpancé en el espacio está enterrado en el Salón de la Fama del Espacio Internacional. El primer perro en el espacio está inmortalizado en bronce. El primer gato no tiene nada". Para inmortalizar a esta astronauta, pretenden recaudar fondos sufiientes para construir una estatua de bronce en París.
Dependiendo del dinero con el que se contribuya, las recompensas incluyen postales "autografiadas" (con la huella real de Félicette), bolsas de tela o fotografías impresas de la astronauta. Los donantes más generosos tendrán sus nombres incluidos en una placa junto a la estatua y se les dará una pequeña réplica de la misma.


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