Con cerca de 850 idiomas nacionales, que representan más del 10 % del total mundial, Papúa Nueva Guinea también es el país con mayor diversidad lingüística del mundo.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera). Papúa Nueva Guinea es un país en el suroeste del Pacífico con algunas de las primeras pruebas arqueológicas de la existencia humana fuera de África, que ha sido de enorme interés para los antropólogos y otros científicos que buscan entender las culturas humanas y la evolución. Con cerca de 850 idiomas nacionales, que representan más del 10% del total mundial, Papúa Nueva Guinea es el país con mayor diversidad lingüística del mundo. Ahora, un estudio genético a gran escala de personas en el país relaciona esta diversidad con grupos genéticamente muy diferentes entre sí en la población.
Los investigadores, del Instituto Wellcome Trust Sanger, la Universidad de Oxford (Reino Unido), y el Instituto de Investigación Médica de Papúa Nueva Guinea, estudiaron los genomas de 381 personas del país de 85 grupos lingüísticos diferentes. Los resultados, publicados en Science, revelan que gran parte de la población de este país evolucionó independientemente del resto del mundo durante los últimos 50.000 años y que los individuos del país procedentes de la región montañosa aislada han estado completamente independientes de Europa y Asia incluso hasta la actualidad.
Estudio. Los científicos examinaron más de un millón de posiciones genéticas en el genoma de cada individuo y las compararon para investigar las similitudes y diferencias genéticas. De esta manera, encontraron que grupos de personas que hablaban diferentes idiomas eran sorprendentemente genéticamente distintos unos de otros.
La evolución humana en Europa y Asia ha estado muy influenciada por el desarrollo de la agricultura hace unos 10.000 años. Cuando pequeños grupos de cazadores-recolectores se asentaron en aldeas y empezaron a cultivar, se expandieron y con el tiempo dieron lugar a sociedades más homogéneas genéticamente. El estudio reveló una diferencia notable entre los grupos de personas que viven en las tierras altas montañosas y los de las tierras bajas, con una separación genética que se remonta a entre 10.000 y 20.000 años entre los dos.
Genoma. Sin embargo, a pesar de que el desarrollo de la agricultura en Papúa Nueva Guinea sucedió casi al mismo tiempo, el mismo proceso de homogeneización no ocurrió. Esto puede indicar que otros procesos históricos en Europa y Asia, como las Edades de Bronce y Hierro posteriores, fueron acontecimientos clave que modelaron la actual estructura genética de esas poblaciones.
El genoma de los hombres y las mujeres es prácticamente idéntico, aunque se manifiesta de distinta manera en ambos sexos, como por ejemplo, en las características físicas y psicológicas, así como en la reacción a los fármacos y el desarrollo de ciertas enfermedades. Esto se conoce como expresión genética y su presencia define, entre otras funciones, el sexo de una persona y sus características dismórficas sexuales. En base a este conocimiento, un equipo de científicos israelíes ha descubierto que la selección natural afecta a estos genes en menor grado que las restricciones que ejercen sobre cada uno de los sexos. La investigación ha sido publicada en BMC Biology.
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