El escritor francés es homenajeado en todo el mundo por ser un visionario de la tecnología, característica que reprodujo en fantásticas obras como ´Veinte mil leguas de viaje submarino´.
Julio Verne está de cumpleaños. Con su obra, “Veinte mil leguas de viaje submarino”, el escritor francés nos llevó a través del Nautilus, la nave del capitán Nemo (protagonista del libro) a un mundo fantástico y lleno de artilugios electrónicos.
Verne fue un adelantado a su época. Predijo con gran exactitud en sus relatos ficticios la aparición de algunos de los productos generados por el avance tecnológico del siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los submarinos o las naves espaciales.
Nacido el 8 de febrero de 1828, en Nantes (una ciudad que pertenecía a Gran Bretaña, pero ahora se encuentra al oeste de Francia), Verne creció con un gran interés por escribir sus aventuras infantiles, y poder relatar sus “descubrimientos” científicos con pluma y papel.
Tan pronto como se empezó a tomar la literatura en serio, Julio empezó a escribir piezas de teatro, para luego debutar en la narrativa con “Los viajes extraordinarios” (1863). Sin embargo, “París en el siglo XX”, fue la primera obra de ficción científica, que fue publicada póstumamente.
La saga “Los viajes extraordinarios”, incluía “Viaje al centro de la Tierra” (1864), “De la Tierra a la Luna” (1865), y “Los hijos del capitán Grant” (1867), entre otros. Relatos épicos sobre travesías por el mundo protagonizados por personajes aventureros.
Le seguirían obras consideradas básicas en la literatura mundial: Veinte mil leguas de viaje submarino (1869) y La vuelta al mundo en 80 días (1873), que poco después de su publicación se estrenaron en el teatro.
Mientras el éxito le sonreía, su vida personal no iba por buen camino. Su hijo Michel Verne era muy rebelde y fue recluido en un manicomio a petición de su esposa Jules. Después de algunos años Michel salió, pero llevó siempre muy mal que su padre. De pequeño, Michel también estuvo en un correccional.
El 9 de marzo de 1886, caminando de regreso a su casa, su sobrino Gastón, de 25 años, le disparó con un revólver, sin razones claras, provocándole una cojera de la que no se recuperaría.
Tras probar suerte en la política, Verne se enfermó de diabetes, que finalmente lo llevó a la muerte, en el año 1905. Su hijo Michel Verne supervisó la publicación de sus últimas novelas La invasión del mar y El faro del fin del mundo.
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