La crisis económica que vive el país llanero no empieza con el desplome del precio del petróleo, sino con un modelo destinado al fracaso.
“Manden una cámara a los restaurantes de Altamira, La castellana, de Las Mercedes para que vean la crisis humanitaria a las siete de la noche y las gárrafas de whisky que pasean por ahí, esa es Venezuela. Dejemos la campaña de desmotivar, de repetir lo que quieren que repitamos (el presidente Manuel) Santos, (el presidente Donald) Trump y compañía, no vale, amemos nuestro país”.
Asfixiados
Con estas palabras el presidente Nicolás Maduro volvía a negar a principios de marzo de este año que hubiese una crisis humanitaria en Venezuela. Sin embargo, la realidad en las calles del país llanero es muy distinta.
Luis Fernando Nunes, analista venezolano, explica que en su país se sufre una tormenta perfecta: una hiperinflación desbordada, parálisis de la producción, escases de productos y sueldos que no alcanzan ni para comer una vez al día.
Cifras deporables
“El ingreso del venezolano es aproximadamente entre US$6 y US$4 al mes, ese es el ingreso real con eso evidentemente nadie puede vivir, entonces la gente recurre a mil estrategias como, por ejemplo, comer una sola vez al día, con lo cual mucha gente ha bajado hasta 10 kilos de peso”, relata Nunes.
Para entender la dimensión de la crisis vale la pena revisar algunos indicadores. El Fondo Monetario Internacional estima, por ejemplo, que la economía venezolana se contraerá 15% este año. Los precios al consumidor se dispararán hasta 13,000%. En tanto, la pobreza afecta a 8 de cada 10 venezolanos, dado que el sueldo promedio es de apenas US$4 al mes.
La hiperinflación es tan grave que los comerciantes de Caracas se ven obligados a utilizar sus básculas para pesar el dinero que le entregan sus clientes a cambio de alimentos o algún producto básico, por muy pequeña que sea la cantidad.
País petrolero
Pero como se explica esto en un país que fue una potencia petrolera y ahora produce la mitad de barriles que en el 2015. El ex presidente del BCR, Jorge Chávez sostiene que las políticas estatistas y de intervencionismo de los últimos 18 años han ahuyentado la inversión y distorsionada la economía.
“Ante tanta incertidumbre desaparece la inversión, la productividad se reduce a la mínima expresión y ante toda esta situación la inyección de más moneda simplemente lo que hace es generar más aumento de precios”, explicó el economista.
La diferencia, según Nunes, es que Hugo Chávez gozó de un alza del precio del petróleo, que le permitió sostener este modelo a punta de clientelismo, mientras que Maduro tomó las riendas con un precio del crudo deprimido y un país altamente endeudado. Pero el modelo era exactamente el mismo.
“Con el deterioro de este modelo estetizante, porque Chávez y luego Maduro optaron por nacionalizar empresas, quitarle empresas a los privados para que fueran a manos de los trabajadores y gastar más de lo que se tenía y sobre todo robar más de lo que se podía”, lamenta el analista.
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