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Lo que no se ve: la historia de resiliencia de Luis Urruti fuera de las canchas para resurgir dentro de ellas

Luis Urruti lleva 15 goles en total con la camiseta de Universitario.
Luis Urruti lleva 15 goles en total con la camiseta de Universitario. | Fuente: Club Universitario de Deportes

Luis Urruti, figura de Universitario, lleva cuatro goles en seis partidos de la Liga1. Y, aunque mucho tiene que ver Jorge Fossati, su más grande soporte estuvo en casa.

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"'Tito' hoy deja de jugar fútbol", le dijo Flor a su mamá, cuando le dieron el diagnóstico. No era falta de confianza, en lo absoluto, sino que su esposo ya había aguantado demasiado, y parecía casi imposible tener ganas de seguir luego de tantas lesiones. Por eso, cuando abrió la puerta y lo vio, le dijo que la abrace. Que podía llorar, si quería. Que para eso estaba ella. "Ya lloré lo que tenía que llorar. Me voy a levantar y volveré más fuerte que nunca", respondió él. 

Era cierto. Todo. Que había llorado lo suficiente y que regresaría repotenciado. Aunque esto último todavía no lo sabían con seguridad. Lo único que tenían claro era la lesión: rotura de meniscos y ligamentos cruzados en la rodilla izquierda. Hasta ese 5 de marzo de 2022, Luis Urruti era la figura de Universitario de Deportes. El uruguayo había arrancado en los cuatro partidos previos y ante Deportivo Municipal, por la quinta fecha, no fue la excepción. Sin embargo, solo permaneció 30 minutos en el campo. En su intento por marcar a Adrián Ascues, algo salió mal y cayó en el césped. Al ser llevado a la banca de suplentes, tomó un chaleco plomo de entrenamiento, se cubrió el rostro y lloró desconsoladamente, como alguien que sabe lo que se viene. 

Una operación en su país y siete meses de baja es lo que le esperaba. Difícil para cualquiera, pero un poco más para quien, en los últimos siete años, había salido de una para meterse en otra. "Pensé en abandonar todo, porque, si yo estuviera para la joda o no fuera profesional, la vida te lo cobra, pero yo no salgo nunca y trato de hacer lo mejor posible y la vida me seguía golpeando", había dicho, tiempo atrás, a Ovación de Uruguay. Y los golpes no pararon, pero él tampoco. Siguió cayendo, pero también levantándose. Sobre todo porque, a diferencia de antes, ahora existía un pequeño que esperaba gritar los goles de papá. 


Los inicios

Luis, o 'Tito' -como prefiere que lo llamen-, conoció a su esposa en uno de los momentos más complicados de su carrera. Luego de tres años en Cerro, recibió disitintas propuestas. Algunas, incluso, a nivel internacional. Era algo impensado años atrás, cuando, a poco de debutar en el fútbol profesional, su padre falleció y decidió retirarse anticipadamente para trabajar en un grifo, con la idea de ayudar económicamente en casa a su mamá y sus hermanos.

El tiempo, sin embargo, le dio la opción de hacer lo que más le gustaba y, poco después, las propuestas del extranjero llegaron. Pero, aunque emigrar era un deseo pendiente, el corazón ganó la pelea y terminó firmando por Peñarol. Nunca será un error vestir los colores de los que uno es hincha, por supuesto, pero profesionalmente no le fue bien: por temas entre el DT Leonardo Ramos y su entonces representante, el atacante fue enviado a la tercera división. 

Pero, como la vida te quita y te da, esa situación fue la que lo llevó a conocer a la hoy mamá de su hijo. "Yo soy de Piriápolis, una ciudad que se ubica a una hora y media de la capital. Un compañero suyo, de la tercera de Peñarol, tiene a su familia ahí. Entonces, algunos fines de semana libres, 'Tito' iba a su casa", cuenta Flor. Él la vio y le escribió por redes sociales para intentar entablar una conversación. Ella no se la puso fácil.

"Una noche tuve un mensaje de él, preguntándome cómo estaba, pero, como no lo conocía, no le contesté", recuerda ahora. De todas formas, tal como pasa en las canchas, fuera de ellas el '11' de Universitario tampoco se rindió y volvió a internarlo. Esa vez sí hubo respuesta. "No quería aceptar una cita sin antes conocerlo, aunque sea por redes", agrega. Así fue. Conversaron virtualmente un par de meses y por fin salieron, pero, una semana después, ella viajó a Estados Unidos para visitar a su papá. Y todo cambió.

 

Durante sus tres meses de ausencia, Urruti rescindió contrato con Peñarol para llegar a Fénix. En su primer partido, se quebró un dedo del pie. Luego de perderse cerca de seis fechas, se recuperó y, a la semana, en un entrenamiento, se desgarró el cuádriceps. Cuando Flor regresó a Uruguay, él volvió a jugar, pero no fue el retorno esperado: anotó el gol más rápido del torneo ante su exequipo, Cerro, pero, a falta de 10 minutos del final del partido, se fracturó la tibia.

"Apenas había llegado y tuve que volver a viajar una hora y media (hacia Montevideo), porque él estaba con yeso y necesitaba alguien que lo vea, le dé las inyecciones, le alcance los medicamentos y le atienda a Mía", cuenta ella, casi seis años después. Mía, su primera hija, como ellos la llaman, es una perrita que le habían regalado a él hacía apenas tres semanas. La familia Romaniello es amante de los animales, así que ella lo hizo con gusto. "Creo que también nos unió. Sentía que tenía que ayudar. Luego, no nos separamos más", complementa.

Para 'Tito', esa compañía fue clave. "No pude hacer pretemporada porque estaba fracturado, con yeso primero y férula después. Todo el mundo me decía que fuera a una bruja. Gracias a Dios, tengo una familia espectacular. Si no fuera por ellos, y porque tengo una mujer que vale oro y que me ha marcado mucho, yo estaría perdido o hubiera dejado el fútbol, tanto cuando bajé a tercera, como con las lesiones. Llegué a pensar que el fútbol no era para mí y que era mejor trabajar en otra cosa", contó, tiempo atrás, a Ovación de Uruguay.

La última prueba

Dos semanas y media después de su lesión ante Deportivo Municipal, Luis fue operado en su natal Uruguay. Pero, lejos de quejarse o causar problemas, intentó, en todo momento, apoyar en las labores de la casa. Incluso, con muleta bajo el brazo, se levantaba a lavar los platos, para que su esposa pudiera atender a su hijito.  

'Benja', hoy de tres años, celebra los goles de papá como si fueran propios. Con la camiseta crema siempre puesta, canta, baila y se emociona. "Es un enamorado de Universitario. Cada vez que el equipo hace un gol, se emociona hasta las lágrimas, literalmente. Lo grita con todo su amor. También ama Perú. Vive acá desde los seis meses. A veces estamos en Uruguay o en Estados Unidos, con mi papá, y llora por venir a su casa", cuenta Flor.

 

"Aquí estoy, como te prometí un día, en las buenas y en las malas aún mucho más, dándote mi mano para levantarnos juntos de cada caída que tengamos y mis brazos para abrazarte bien fuerte cada vez que sientas que no puedes más. Ahí estaré para decirte una y otra vez que podés, vos podés con todo", le escribió Flor a su esposo en una carta publicada en Instagram, días después de la última lesión.

Y así fue. 'Tito' pudo. De la mano de su familia, 'Tito' pudo. Este año, ha marcado cuatro goles y está a solo dos de igualar sus temporadas más goleadoras: 2015-16, 2019 y 2020, en Cerro, River y Universitario, respectivamente. La diferencia está en que, antes, lo hizo en más de 20 partidos y, ahora, en seis encuentros del torneo local. Y aunque mucho influye el tener a Jorge Fossati, entrenador que lo dirigió en River y lo ubica como delantero en un sistema 3-5-2, lo cierto es que nada sería posible sin su resiliencia.

Porque sí, Luis Urruti es el uruguayo que llegó en 2020 y, tres años después, se nacionalizó peruano para seguir en la 'U'. Es, también, el goleador del equipo en la temporada y la figura del plantel. Y eso es lo que más le importa al hincha, seguro, y se entiende. Pero, sobre todo, Luis Urruti es el que tantas veces se cayó y las mismas veces se levantó. Es el adulto que reivindicó al joven que colgó los chimpunes antes de tiempo para mantener a su familia. Es el que, aunque quiso dejarlo todo, porque es humano, siguió gracias al soporte de su familia y de Flor, una mujer que, desde un inicio, le enseñó que no tendría las cosas fáciles, pero que, si hay esfuerzo, hay recompensa. Y esa es la lección que 'Benja', su fan número uno, recordará siempre.

 

 

 


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Andrea Closa

Andrea Closa Periodista - Conductora y reportera

Licenciada en Ciencias de la Comunicación, con especialización en periodismo. Más de 10 años de experiencia profesional en el rubro deportivo.

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