Diego Maradona y millares de hinchas que colmaron La Bombonera despidieron al espigado delantero durante su último partido en ese escenario con estridentes manifestaciones que llenaron de lágrimas los ojos del goleador en varias ocasiones.
Martín Palermo fue la máxima atracción del encuentro entre Boca Juniors y Banfield (1-1), correspondiente a la penúltima jornada del torneo Clausura 2010 argentino, en el tramo final de su carrera.
"Pelusa" Maradona regresó al estadio boquense después de varios meses de ausencia en el palco de su propiedad y coreó con la hinchada el apellido del futbolista, como un aficionado más.
El colorido y el entusiasmo de los aficionados en los graderíos convirtió en una fiesta el partido que convocó a tanto público como el clásico Boca-River disputado el 15 de mayo pasado, que el conjunto local ganó por 2-0 con un gol de cabeza de Palermo.
Ante el Banfield, partido en el que el máximo goleador de la historia boquense tuvo al menos dos oportunidades para anotar, abrió el marcador el juvenil Nicolás Colazo (m.47) y el equipo del sur del Gran Buenos Aires igualó por intermedio de Facundo Ferreyra (m.83).
El árbitro anuló una jugada en la que el paraguayo Jorge Achucarro marcó para el Banfield a los 88 minutos, por fuera de juego, y todos los intentos de Palermo por conseguir la victoria fueron infructuosos.
Su récord como máximo realizador en "La Bombonera" quedó en 129 tantos y la marca como quinto goleador histórico de Argentina en torneos oficiales en 227.
"Este momento es único. Me voy más que feliz. Nunca pensé que iba a recibir de parte de la gente una demostración de cariño como ésta. Es muy duro dejar el fútbol, pero ya estaba decidido. Esta semana me voy a preparar para jugar el próximo fin de semana mi último partido, contra Gimnasia y Esgrima", dijo el futbolista entre sollozos al terminar el partido.
EFE
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