Santiago Sánchez Ramírez también simuló en varias ocasiones el asesinato de Juan Carlos I, Felipe VI, la reina Sofía y la reina Letizia.



Tremendo susto se mandó la seguridad del Real Madrid, luego de comprobar que Santiago Sánchez Ramírez, un sujeto que está compareciendo ante la Audiencia Nacional por un presunto delito de tenencia de armas de guerra, grabó con la mira de su rifle a las estrellas y al presidente del club blanco desde una furgoneta estacionada afuera de Valdebebas.
Luego de la denuncia, la Jefatura Superior de Policía de Madrid detuvo al supuesto francotirador el 30 de julio de 2014 y registró su casa, encontrando varios discos duros y computadoras con imágenes comprometedoras, pero no solo contra jugadores del cuadro blanco, sino también contra miembros de la familia real, del Gobierno y la oposición.
El motivo. Según el diario El Confidencial, Santiago Sánchez siempre alegó que su intención era demostrar que cualquier potencial atacante podía acercarse a las estrellas del equipo y poner en riesgo su integridad.
"Yo he matado a Cristiano Ronaldo y a Florentino Pérez. He demostrado que hay grandes fallos de seguridad. Para los jugadores y para los aficionados", declaró.
"En el acto de proclamación [de Felipe VI, el 19 de junio de 2014], salí de mi casa el día antes, el 18 de junio. Llegué al hotel como una persona normal y corriente. Como Pedro por su casa. Reservé una habitación que daba al Congreso en la que sabía que tendría ángulo [de tiro] y la pagué en efectivo", contó el acusado. "Las armas las llevaba en una maleta. Eran completamente reales. Y pasé con ellas por todos los controles policiales, solo tuve que enseñar mi DNI y decir que iba al hotel. Ya está. Nadie me dijo nada. Estuve allí toda la noche y todo el día. Y nadie me dijo nada".
Justicia se pronunció. Su caso fue llevado por un juzgado de Madrid hasta que la fiscalía decidió que podían ser delitos terrorismo y contra la Corona. Finalmente, se estimó que estos eran muy gravosos y que nunca intentó realmente matar al jefe del Estado. Ahora solo enfrenta una petición de pena de nueve años de cárcel por tenencia y depósito de armas.
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