La historia saca a la luz las inseguridades, celos y miedos del protagonista al ver como un aventurero se inmiscuye en su familia.
"Aguas Verdes", del director argentino Mariano de Rosa, es un cinta que narra las peripecias vacacionales de una familia y que se torna un thriller psicológico avivado por los instintos sobreprotectores del patriarca.
La historia gira en torno a unas tranquilas semanas de ocio en el balneario de Aguas Verdes, en dónde saldrán a la luz las inseguridades, los celos y los miedos de Juan, padre de dos hijos, que ve cómo un seductor y enigmático aventurero se inmiscuye en su vida y en la de su familia.
"Mi intención es introducir al espectador en un juego y que él mismo extraiga sus propias conclusiones", explicó De Rosa al presentar la película en la Berlinale.
El delirio y la paranoia del hombre encuentran en el relato cinematográfico la misma justificación visual que los supuestos arreglos que practicará el motorista para desintegrar a la familia. La interpretación de la cinta, queda abierta para el espectador.
El realizador, que terminó el largometraje hace apenas una semana, amplió para la película la trama de una producción televisiva que escribió hace años y explora en "Aguas Verdes" cuestiones como la irracionalidad y las reacciones pasionales.
"Para mí es más importante que la película abra una pregunta que cierre una respuesta", apuntó el director.
La cinta, que se rodó a lo largo de seis semanas a sesenta kilómetros de Buenos Aires y se ambienta en el balneario de Aguas Verdes, se sustenta en la intensidad de la interpretación de Alejandro Fiore, en el papel del padre, y en la del enigmático Roberto, al que da vida Diego Cremonesi.
"Mi propósito es que el comienzo de la película despiste, que el espectador no sepa bien qué va a ver y que se sorprenda con el camino que va tomando la trama", apuntó De Rosa, quien añadió que ese reguero de pistas falsas se realiza intencionadamente aun a costa de que el inicio del film sea "algo lento".
La irrupción violenta del "usurpador" -según De Rosa- es el "elemento ordenador" de la cinta, que en un primer momento requiere una actitud "contemplativa" del espectador pero más adelante lo "sumerge" en los acontecimientos.
EFE