Tras la llegada de grupos de ayuda y de los propios vecinos, la situación empieza a regularizarse en las regiones afectadas por el terremoto de 8,4 grados que sacudió el centro de Chile.
La situación en la zona del norte de Chile afectada por el terremoto del pasado miércoles se empezó a normalizar hoy a medida que los equipos de ayuda, los vecinos y algunos voluntarios trabajan en la remoción de escombros, limpieza de calles y viviendas y el restablecimiento de los servicios básicos.
Superada la fase de la emergencia, las autoridades se abocan ahora a restablecer el tránsito en las carreteras comarcales y garantizar el suministro de electricidad y agua potable en las localidades que resultaron más dañadas.
"Sea lo que cueste, vamos a asumir los costos de la reconstrucción", anticipó hoy la presidenta, Michelle Bachelet, en declaraciones a la prensa.
La mandataria despejaba así los temores surgidos en algunos sectores ante la posibilidad de que el Gobierno pudiera tener problemas para disponer de los recursos necesarios para la reconstrucción, debido a la disminución de los ingresos por la desaceleración económica y al hecho de que ya van ocho catástrofes en año y medio.
El sismo, que azotó las regiones de Coquimbo, O'Higgins y Valparaíso, ha provocado ya 12 muertos, 5 desaparecidos, 642 damnificados y cuantiosas perdidas materiales, según el último balance de la Oficina Nacional de Emergencia.
Para los vecinos de localidades como Tongoy, Los Vilos, Concón, Salamanca, Illapel, Coquimbo y Combarbalá, la principal preocupación ahora es recuperar sus viviendas, enseres y medios de trabajo, y volver cuanto antes a la vida normal.
Según datos oficiales, un total de 62 viviendas han quedado totalmente destruidas y 192 presentan graves daños.
EFE
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