´Mi hijo no sigue mis consejos´, ´mi hija no confía en mi para hablar de lo que le preocupa´. ¿Por qué a algunos padres, más que a otros, les cuesta tanto comunicarse con sus hijos o con sus hijas adolescentes?
Si este es tu caso, ¿por qué crees que la comunicación falla entre ustedes?
Escuchar atentamente es el primer paso que nos permitirá conocer qué le preocupa a nuestro hijo o hija y cuál es su estado emocional.
Cuando uno es niño o niña, cree que sus padres son lo “máximo”, es decir “todo lo pueden, todo lo saben”. Creen que con ellos están protegidos y nadie los puede lastimar: papá y mamá vienen a ser una especie de súper héroes.
Conforme pasan los años, los chicos cambian y de pronto sienten que papá y mamá “no saben nada”, “siempre se equivocan”, “son malpensados y no saben nada de la vida”, incluso sienten que son “débiles”. Es como si todos los defectos del mundo cayeran sobre ellos: “mis papás no son perfectos”.
Este cambio hace que “los papás perfectos” de la infancia desaparezcan y así los jovencitos se quedan sin esos súper héroes. Esto que aquí escribo, es necesario y es producto de esta aventura. Los chicos también puede sentir mucha culpa por estos sentimientos frente a sus padres y sentir mucha pero mucha rabia.
Es importante decir que este es el momento en que empiezan a pensar en cómo sería vivir lejos de casa: un viaje, un trabajo, un matrimonio, una fuga, un post grado…. En realidad no importa lo que sea, lo más importante es la necesidad de sentir que pueden alejarse de su casa. Esto da miedo, pero también una gran emoción.
Los adolescentes necesitan:
-Padres que sepan escuchar, mas no siempre criticar.
-Padres que no estén todo el día educando.
-Padres que puedan poner reglas y puedan darles un determinado sentido a lo que dicen.
-Que tú, como papá, o tú, como mamá, no busques en ellos una amistad íntima, eso es algo difícil pues toda la vida fuiste su “educador”. Aprende a acercarte a ellos de otra manera.
-Que los conozcas realmente. Pregunta por su mundo y no los descalifiques.
-Que respetes su sexualidad, solo intervén si ves que ellos están en peligro.
-Que negocies con ellos las salidas, los permisos.
-Que no los humilles diciéndole todo el rato lo mal que hacen las cosas.
-Que fortalezcas su autoestima sobre todo cada vez que hacen algo bien.
-Ayúdalos a crecer armónicamente, no fomentes solo su desarrollo intelectual y critiques su despertar sexual.
**Este viernes 8 de julio tocaremos en Confidencias este tema, no te lo pierdas...
Comparte esta noticia