Este estimado, que se prolonga hasta el 2027, fue facilitado por la operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO).
La accidentada central nuclear de Fukushima generará de aquí a 2027 más de 560.000 metros cúbicos de escombros radiactivos, más del doble de lo que ha acumulado desde que fuera sacudida por un terremoto y tsunami en marzo de 2011.
La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), facilitó la cifra este lunes durante una reunión con representantes del Gobierno nipón en la se analizaron las actuales labores de desmantelamiento y los problemas del agua contaminada, informó hoy el diario Asahi.
Aunque TEPCO planea reutilizar o reciclar los materiales que estén menos contaminados, tendrá que acabar almacenando unos 160.000 metros cúbicos de escombros, para lo que se necesitaría un espacio equivalente a 200 piscinas olímpicas.
La cantidad de escombros contaminados se duplicará en los próximos 13 años respecto a los actuales 250.000 metros cúbicos debido a que todavía hay muchos desechos generados tras las explosiones en los edificios de los reactores que se mantienen intactos.
Los cientos de árboles que han tenido que ser talados en los alrededores de la planta para poder construir los tanques acumulan las miles de toneladas de agua radiactiva que genera la planta también son considerados materiales de desecho contaminados.
TEPCO también pretende deshacerse de los tanques de agua que han sufrido filtraciones y que ya no están en uso y utilizarlos, junto laminas metálicas con bajos niveles de contaminación y restos de cemento, para labores de mantenimiento y construcción dentro del complejo.
La operadora lleva a cabo en estos momentos una delicada y larga operación, que podría prolongarse hasta cuatro décadas, para desmantelar la planta tras el fatídico accidente de 2011 cuando fue golpeada por un terromoto y un tsunami que causó una de las peores crisis nucleares de la historia.
Las emisiones contaminantes de la central mantienen evacuadas a más de 50.000 personas que vivían en los alrededores y han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local.
EFE
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