La Comic-Con ha ido expandiéndose por la ciudad, convertida en un campus de superhéroes, personajes de manga y de terror.
La ciudad californiana de San Diego (suroeste de EE.UU.) acogerá desde hoy hasta el próximo domingo la 45 edición de Comic-Con y se convertirá así en la capital mundial del género fantástico y la ciencia ficción.
El popular evento, creado y diseñado por y para fans, permitirá a los asistentes conocer lo último sobre producciones de Hollywood tales como la tercera parte de "The Hobbit", "The Maze Runner", o series como "The Walking Dead" y "Game of Thrones", todo de la mano de sus autores y protagonistas.
Peter Jackson, Guillermo del Toro, George R.R. Martin, Frank Miller, Robert Rodríguez, Samuel L. Jackson, Cate Blanchet, Orlando Bloom y Charlize Theron son algunas de las estrellas confirmadas para este evento que exhibirá nuevas creaciones de cómic y será el escenario de entrega de los "Óscar" de ese sector, los premios Will Eisner.
Comic-Con, que nació en 1970 como un pequeño evento dedicado al mundo del cómic, ha crecido para abrazar gran variedad de contenidos asociados con la cultura pop hasta saturar el Centro de Convenciones de San Diego y las zonas aledañas.
Los asistentes, en torno a 130.000 y muchos de ellos ataviados con la indumentaria de sus personajes preferidos, toman las calles, llenan los hoteles y restaurantes y está previsto que, según datos de la gestora del Centro de Convenciones, se dejen 78,3 millones de dólares en la ciudad.
El impacto económico total de Comic-Con este año en San Diego se calcula en 177,8 millones de dólares y de esa suma 2,6 millones corresponden a impuestos.
La imposibilidad de Comic-Con de continuar creciendo, dadas las infraestructuras actuales, llevó ya a sus organizadores a plantearse mudarse a otra ciudad, y pretendientes no le faltaron (como su vecina Los Ángeles, que ya acoge la feria del videojuego E3) pero en 2010 optaron por renovar su contrato con San Diego hasta 2015.
Ese acuerdo fue posible gracias a que las empresas hoteleras acordaron ofrecer descuento en sus tarifas durante ese lustro, y sirvió para que la ciudad ganara tiempo para acometer la anunciada expansión del Centro de Convenciones, que sin embargo no va tan rápida como hubieran deseado.
Las obras, que tendrán un coste de 520 millones de dólares, han sido ya aprobadas pero no estarán terminadas como pronto hasta 2018, lo que vuelve a poner sobre la mesa cuál será el destino de Comic-con en 2016.
Por el momento, Comic-Con ha ido expandiéndose por la ciudad, convertida en un campus de superhéroes, personajes de manga y de terror.
EFE
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